Al vapor y a la parrilla, directos de Galicia

En apenas siete meses, la Taberna 1941 ha conseguido consolidarse como un local de referencia. Está ubicado a la entrada del Tubo zaragozano.

El cocinero Luis Miguel Sanz, líder del equipo que trabaja en la Taberna 1941.
El cocinero Luis Miguel Sanz, líder del equipo que trabaja en la Taberna 1941.
Vanesa Castellano

Productos que hablan por sí solos y elaboraciones sencillas. Es lo que ofrece la Taberna 1941 en la esquina más deseada para montar un negocio en la capital aragonesa, justo la que da acceso al Tubo por la calle Mártires. La ubicación es ideal, pero el reto no era fácil. Cualquier propuesta hostelera que aspirase a ganarse el favor del público tenía que poner el listón alto. Y lo que siempre resulta más complicado, mantenerlo.

Han pasado siete meses desde que inició su andadura y lo cierto es que no ha defraudado las expectativas. Los productos gallegos son la gran referencia de su cocina. De este establecimiento bien podría hablarse describiendo lo que en Galicia se considera una pulpería: un lugar para compartir raciones y enfocado a productos que no demandan grandes elaboraciones, además de plato pequeño y escasa formalidad a la mesa.

Una parrilla con carbón natural y cocina al vapor son sus herramientas básicas de trabajo, así que cogerle el punto a las materias primas es el principal cometido del cocinero Luis Miguel Sanz y de su equipo. Se lo tienen cogido al pulpo a feira, perfecto de textura aunque pueda dar la sensación de estar un poco más 'tieso' de lo que en Zaragoza se estila, y lo mismo podría decirse de los mejillones y los berberechos. Probablemente son tres de los platos señeros de este local.

La carta ha ido evolucionando con el paso del tiempo, y una de las felices incorporaciones ha sido la tortilla de pulpo. Otro producto destacado es el, en teoría, humilde pan, que también llega desde un pequeño obrador de Galicia, pero que se hornea en la propia taberna. Es el complemento ideal para el chorizo picante de Lugo que se sirve como aperitivo.

De este local lo que más se conoce es su terraza, que el verano pasado fue una de las más solicitadas. Tanto éxito ha tenido que es la única que está aguantando el tirón del frío invierno. Mucho aire tiene que hacer para que no haya gente sentada. En cualquier caso, es en el comedor de la planta superior, con capacidad para 75 personas, donde más se disfruta de la experiencia gastronómica.

La chuleta prémium, de vaca rubia gallega, perfecta de infiltración de grasa y maduración, destaca entre las carnes. Y la oferta de las lonjas de Vigo, La Coruña o Burela es la que directamente decide la presencia de unos pescados u otros, aunque los que no suelen faltar son rodaballo y lubina salvajes, además de rape, merluza, mero o besugo.

La cuchara también se cuida, sobre todo en invierno. De esta forma, los lunes y martes son los días del lacón con grelos; los miércoles, del cocido gallego y, los jueves, del caldo gallego. Un capítulo aparte merecen las empanadas, elaboradas con cerveza para que la masa quede más suave y crujiente. Las hay de pasas y bacalao, zamburiñas, berberechos...

Pero tal vez la cita con el producto más especial es la de los sábados a las doce de la noche: un encuentro con la queimada y su conjuro perfectamente ambientados.

Taberna 1941

Calle de los Mártires, 2. Zaragoza. Teléfono: 876 285 139. Horario: de 08.00 a 01.00. Viernes y sábados, hasta las 02.00. Descanso: abierto todos los días.-Ver otros restaurantes recomendados

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