Cómo conservar las sobras

Los alimentos se deterioran sobre todo por el efecto de los patógenos. Controlar el tándem tiempo y temperatura es primordial. A temperatura ambiente, las bacterias se multiplican en pocos minutos y a una velocidad muy rápida.

Los platos cocinados pueden conservarse en la nevera
Los platos cocinados pueden conservarse en la nevera
Dashu83/Freepik

Ahora que acabamos de salir de las Navidades, donde hemos vuelto a vivir una auténtica ‘sobredosis’ de manjares en nuestras mesas, es el momento de aprender qué alimentos, en qué condiciones y durante cuánto tiempo se pueden conservar para comer más adelante.


El estudio publicado por la asociación Consumer nos da buenas pistas para conservar estos alimentos sobrantes en la nevera:


Los líquidos, como sopas, purés, consomés o salsas deben conservase en un envase con cierre hermético y tapa para preservar a los alimentos de posibles contaminantes.


Respecto a la comida enlatada, si no se consume toda, debe guardarse en recipientes herméticos y nunca en la misma lata ya que suelen oxidarse y podrían migrar componentes químicos a los alimentos.


Comida preparada: si son platos con salsas muy elaboradas, deben consumirse durante las siguientes 24 horas. Si son platos como pasta, arroz, lentejas o patatas pueden mantenerse en el frigorífico un máximo de 5 días. Los platos con carne, pescado o huevo, no sobrepasar los 2 días para consumirlos.


En el caso de alimentos envasados como embutidos al vacío, una vez abierto el envase, la cantidad sobrante debe envolverse de nuevo con film transparente.


Todos los alimentos que sobran en las comidas y que pueden almacenarse para una próxima ingesta deben estar protegidos, bien en envases plásticos herméticos, film transparente, papel de aluminio o envases de vidrio. Los alimentos deben protegerse del daño que les causa el frío, de los posibles patógenos y de la contaminación cruzada.


Algunos alimentos no solo no es necesario conservarlos en la nevera sino que el frío puede hacerles perder olor y sabor. Se trata sobre todo de las frutas y verduras. Melocotón, melón, nectarina, berenjenas, calabacines o pimientos pueden verse afectados por el frío. Su textura puede variar y su sabor alterarse, sin embargo, si la temperatura exterior es muy elevada, los alimentos no están enteros y no se consumen en poco tiempo, deben almacenarse en la nevera para garantizar, ante todo, su seguridad.


La frutas tropicales como aguacates, piña, plátanos o papayas, tampoco toleran muy bien el frío. Pueden volverse más oscuros y duros y, por tanto, su sabor y textura quedan alterados. Es preferible mantenerlos fuera de la nevera.


El chocolate es un alimento que, a no ser que contengan un relleno lácteo o la temperatura exterior sea muy elevada, no es necesario almacenar en la nevera. En ocasiones se visualiza una capa blanquecina encima del chocolate que indica que la textura ha quedado alterada, sin embargo, no representa un peligro para la seguridad del alimento.

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