El 75% de los aragoneses prefiere los guisos tradicionales frente a la cocina creativa

Para más del 53% de los aragoneses, aspectos como el sabor, la textura y el aroma son fundamentales para valorar un plato.

Los aragoneses disfrutamos de la gastronomía, eso no es ningún secreto. De hecho, se nos conquista por el estómago. Pero también nos gusta cocinar en casa, una tendencia potenciada en los últimos años por distintos factores como el auge de los programas de TV, la importancia de la dieta mediterránea y una dieta saludable así como la fama internacional de nuestra cocina. ¿Cómo lo hacemos? ¿Cuánto tiempo dedicamos? ¿Somos más de planificar los menús o de improvisarlos? ¿Preferimos los guisos tradicionales a la cocina creativa? Estas son algunas de las cuestiones que aborda el estudio Los españoles frente a la cocina: gustos y costumbres, elaborado por la consultora independiente Toluna para la marca Crock-Pot.


Los aragoneses han evolucionado en este sentido, equilibrando responsabilidades. De hecho el hombre ha incrementado su actividad culinaria: según más del 46% de los encuestados, en sus casas cocinan tanto ellos como ellas. Y está claro que disfrutamos cocinando; porque confesamos que, aunque resulta necesario, también lo hacemos por placer (más del 82% de los encuestados).


Aunque los cocineros tienen la fama, según el 57% de los encuestados es la mujer aragonesa la que mejor cocina. Argumentan motivos como la paciencia (35,7%) y la creatividad, le gusta experimentar con nuevos ingredientes (25%).

El tiempo es oro


En cuanto a las horas que pasamos frente a los fogones, hemos aprendido a optimizar el tiempo: más del 46% de los encuestados confiesa dedicarle entre 3 y 6 horas a la semana. Y si hablamos de días, más del 82% de los aragoneses cocina de lunes a domingo.


El tiempo juega en nuestra contra. De hecho, cocinaríamos más a menudo si tuviéramos más tiempo, según más del 46% de los encuestados. Los aragoneses argumentan otros motivos, además, como que es su pareja la que lo hace habitualmente (21,4%) o que no disponen de los utensilios necesarios (14,2%).

Internet y nuestras madres, principales referencias para descubrir nuevas recetas


Respecto a las recetas que solemos cocinar, internet (casi el 61% de los encuestados) y las madres (casi el 18%) son las principales fuentes utilizadas por los aragoneses para descubrir nuevas posibilidades.


Al preguntarles cómo aprendieron a cocinar, el 50% se confiesa autodidacta mientras que las enseñanzas de la madre convencieron al 42,8%.


Los aragoneses seguimos siendo clásicos, también en la cocina. Nos decantamos por los guisos tradicionales (75%) frente a la cocina creativa (25%). De hecho, el 75% de los aragoneses a los que se les ha preguntado reconoce que los platos que cocinamos ahora han perdido el sabor, el aroma y la textura de antaño y a todos los encuestados les gustaría recuperarlos.

A la hora de valorar la comida, lo tenemos claro. El sabor, el aroma y la textura son fundamentales para más del 53% de los aragoneses, seguido de las propiedades nutricionales (28,5%).


En la cocina de los aragoneses la improvisación marca la pauta: un 67,8% frente al 32% que prefiere planificar el menú semanalmente.


Respecto a la forma de cocinar, empleamos, como principales técnicas, la plancha –primera opción, según un 35,7% de encuestados-; la cocción –segunda opción, según un 28,5% de encuestados- y el horno –tercera opción, según un 17,8% de los encuestados-.


En cuanto a los electrodomésticos más utilizados –el 17,8% de los aragoneses eligen la plancha; seguido de la olla exprés (un 14,2%). El horno y el microondas (10,7%) comparten la tercera posición. Al preguntarles si tienen en cuenta el ahorro energético a la hora de cocinar, el 53,5% de los aragoneses reconoce que no es una cuestión que le condicione, aunque intenta no abusar del gasto de energía


El 78,5% de los encuestados piensa que come saludablemente frente a un 21,4% que argumenta razones de gusto –abusa de lo que no debería- para no hacerlo. Tampoco somos de comida rápida (82%) ni de platos precocinados (75%): reconocemos no comerlos habitualmente.


El estudio se ha realizado a 1.000 españoles a través de un panel online. La muestra incluía a hombres (50,7%) y mujeres (40,3%) de los siguientes rangos de edad: 25-39 (41,4%), 40-54 (44,8%) y 55-60 (13,8%).

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