Una de las cosas buenas que tiene el verano es que llegan al mercado vinos de la última añada que han estado afinándose en el silencio de las bodegas, bien sea en barrica o en botella. Y si encima son vinos que vienen como anillo al dedo para combatir la canícula -blancos y rosados, especialmente-, mejor que mejor. Lo óptimo ocurre cuando, además, son vinos de calidad contrastada, que se superan año a año.

Y ese es el caso del blanco Serendipia 2015, un monovarietal de uva chardonnay que elaboran en Aylés con la marca Aldeya, que está acogida a la D. O. Cariñena. Son vinos de tanta calidad como los que salen con el marchamo de ‘vino de pago’ que ya tiene concedida la bodega desde hace varios años, aunque estos no cumplen algunos de los requisitos exigidos, como la antigüedad del viñedo del que vienen las uvas en cuestión. Pero no habrá que esperar mucho, ya que el blanco que salga el año que viene, con la añada 2016, ya podrá llevar la etiqueta de Pago Aylés.

La contraetiqueta de la botella de este Serendipia lleva una cita del poeta Virgilio -"La fortuna favorece a los valientes de espíritu"- y recuerda el significado de la palabra ‘serendipia’, de origen árabe, y que alude a la habilidad de hacer hallazgos afortunados, fruto de la tenacidad, la pasión y la curiosidad.

Este blanco ha permanecido cinco meses en barricas de roble francés ganando complejidad y afinando sus cualidades. Fue embotellado a principios del mes de junio. Es la tercera añada que elaboran y la edición es muy limitada (no llega a las 4.000 botellas), así que no serán muchos los consumidores que puedan disfrutar de su contrastada calidad.

Tanto el enólogo de la bodega, Jorge Navascués, como los propietarios, la familia Ramón Reula, están muy satisfechos con el resultado, y no es para menos. Es un vino en el que las referencias frutales, entre las que destacan las frutas blancas de hueso y las hierbas aromáticas, se fusionan en perfecta armonía con elegantes toques provenientes de la madera.

Un auténtico vino de autor, original y con unas características prácticamente inéditas fuera de estas latitudes, en las que la chardonnay está adquiriendo carta de naturaleza. Teniendo en cuenta todos estos factores, podemos concluir que el precio al que se vende cada botella es muy razonable y convierte este producto en una opción de compra imprescindible para quienes disfrutan con un vino de calidad.

Tómenlo fresco, ya sea en compañía de arroces, pescados o incluso carnes blancas, y conserven al menos una copa para después del ágape. Apurarán el recuerdo de un vino único.

Serendipia

Elaborado con uvas de chardonnay.

D. O. Cariñena.

Precio: 11 euros.

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