Los matices siempre son importantes. Por supuesto, también en la restauración, ya que pueden marcar la frontera entre lo anodino y lo sugerente; transformar lo normal en diferente y, por lo tanto, en algo suficientemente atractivo como para llamar la atención. En fin, que en cuestiones gastronómicas para nada es un asunto menor.

Con este espíritu, el de fijarse mucho en los detalles, inició su andadura hace dos meses y medio El Kantinero. Se autodefine como una 'neotaberna', una versión moderna de las antiguas cantinas y tabernas, un lugar donde vermutear y compartir, tal y como reza su eslogan, donde desayunar, almorzar, comer, cenar o tomar una copa. En definitiva, un establecimiento para vivir la gastronomía de muchas maneras y divertirse a cualquier hora del día desde la sencillez.

Las propuestas en El Kantinero se ordenan alrededor de una carta de platos para compartir bajo epígrafes como el hortelano, el ganadero, el pescador, el bodeguero o el pastelero. En ella aparecen recetas tradicionales que Íñigo Rebollo aprendió de su madre y de su abuela como los champiñones en salsa de verduras al vino tinto, los chipirones en su tinta, la dorada al Orio o la tortilla de bacalao. Pero a la tradición también se le da una vuelta con lo visto y aprendido por otros lares y, sobre todo, con la incorporación de salsas como la de violetas, el tandoori o el teriyaki.

Con el recetario de la carta se ha confeccionado un menú degustación de ocho pases vistoso y ajustado de precio (23 euros, incluye un par de copas de vino) que se queda en 18 euros si se descarta el pescado o la carne.

Bimi en tempura, trío de espárragos con aceite de trufa, atún rojo macerado en shake con yuzu, lomo de dorada y un taco de falso buey son algunos de los argumentos que incluye. El festín culmina con queso Idiazábal de pastor, nueces y membrillo, una combinación muy del norte, hacia donde se mira bastante en esta neotaberna.

De esta propuesta se puede disfrutar tranquilamente a la mesa, pero en El Kantinero se huye de todo lo que huele a excesiva formalidad. De ahí que la zona de bar y las mesas altas de la entrada también permiten acercarse a estos platos. Y combinar la carta, por ejemplo, con una barra generosamente surtida de bacalao con tomate, rabas de calamar auténticas, mejillones de roca al vapor o unos curiosos vinagrillos con cecina.

Por último, también se juega con la idea del plato del día, de forma que por 7,50 euros se pueden degustar alubias de Tolosa, marmitako, merluza a la vasca, redondo de ternera en salsa… Cocina que no pasa de moda.

El Kantinero Calle de San Miguel, 28. Zaragoza Teléfono: 976 483 090 Horario: De 9.00 hasta cierre. Descanso: domingo, cerrado.-Ver otros restaurantes recomendados

-Ir al suplemento de gastronomía