Las hermanas Antonia y Concha Molina, propietarias de Encurtidos Molina, se muestran "muy contentas y sorprendidas" con el premio de Con Mucho_Gusto. Encurtidos Molina fue creada en 1954 por su abuela y su padre, Concepción Cebrián y Mariano Molina. Caspe posee una arraigada tradición olivarera y desde tiempos remotos en las casas se elaboran encurtidos caseros, pepinillos en vinagre y olivas en salmuera. Mariano Molina comprendió que podía tener futuro una producción empresarial y viajó a Tudela y Calahorra para conocer de primera mano los secretos de la elaboración de los encurtidos a gran escala. Desde entonces, la familia no ha dejado de aprender, de experimentar y de viajar, aunque siempre manteniendo la elaboración artesanal.

Bombón de olivas, paté de guindilla, confitura de aceituna de empeltre… Además de continuar con los productos de siempre, las hermanas tienen otro objetivo: sacar un artículo novedoso cada año. El último fue un aliño a base de aceitunas arrugadas con tomate seco de Caspe. Y para el año 2016, más. "Son productos sorprendentes y funcionan muy bien. Todos nos cansamos de comer siempre lo mismo", exponen. Y sorprendente resulta, para los que pueden probarla, la alcaparra de Ballobar, que elaboran desde hace más de 10 años, "exquisita y muy demandada". Se comercializa a particulares y también a hostelería.

"Encurtidos Molina es una empresa pequeña –explica Antonia-, pero nuestra distribución es nacional e internacional. Seguimos produciendo las materias primas en el campo y realizando nosotros todo el proceso. No estamos dispuestas a que se pierda el cultivo tradicional".

Pese a que algunos de sus clientes han cerrado, como las antiguas tiendas de comestibles, en la actualidad existe "un repunte en productos gastronómicos, como las tiendas gourmet. Además, tenemos también clientes mayoristas".

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