Podría decirse que el salmorejo es la crema fría veraniega por excelencia. Su característica  textura suave y agradable, se convierte en la principal diferencia entre esta preparación y el tradicional gazpacho andaluz, dos recetas populares que con la llegada del calor se hacen un hueco en todas las neveras del país.

Al igual que el gazpacho es una sopa muy versátil que acepta cualquier innovación, el salmorejo es buen compañero de guarniciones. Aunque las más habituales suelen ser huevo cocido y jamón bien picado, el abanico puede ser muy amplio e incluir gamba roja, huevas de trucha o cecina de ternera ahumada.Ingredientes:

Tomates maduros Aceite de oliva virgen extra arbequina Vinagre de sidra Pan (opcional) Grisinis de pan tostado Jamón ibérico Tomatitos cherry Huevos de codorniz cocidos SalPreparación:

Lavar bien los tomates, cortarlos en pedacitos y aliñarlos en un recipiente con la sal, el aceite de oliva virgen extra y el vinagre. Dejar resposar unas horas en la nevera para que se marinen bien los tomates en el aliño que hemos preparado. Triturar todo el conjunto en la batidora y después colar la salsa para que quede más fino el salmorejo. Probar el sazonamiento y rectificar si es necesario, añadiendo más o menos sal y vinagre. Servir el salmorejo en una copa de cóctel y decorar con los grisinis envueltos con lonchas de jamón ibérico y con una brocheta de huevo de codorniz y tomatitos cherry.

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