Idílico Restaurante: sala y cocina se alían para sorprender

El proyecto aspira a convertirse en poco tiempo en restaurante kilómetro 0 de la red Slow Food.

Miguel Ángel Nicolao, Jennifer Marín y Javier Nicolao, en Idílico Restaurante
Idílico Restaurante: sala y cocina se alían para sorprender
Agencia Almozara

Los hermanos Nicolao, Javier y Miguel Ángel, son los rostros más visibles de Idílico, un nuevo restaurante zaragozano que aspira a dar mucho que hablar. A estos dos sólidos pilares en la cocina y en la sala se une el deseo de convertirse en poco tiempo en restaurante kilómetro 0, de forma que la mayoría de sus productos lleguen, como mucho, de 100 kilómetros a la redonda. Este nuevo proyecto comulga, además, con la filosofía Slow Food y en esa línea de trabajo el mercado agroecológico de la plaza de Sinués es uno de sus proveedores habituales. 


Así que de entrada, la propuesta de Idílico resulta sugerente. Ha empezado a trabajar con un menú (19 euros y 25 el fin de semana) y con una carta a precio cerrado (30 euros sin bebida y 35 con bebida) que responden a un perfil muy parecido. Entre cinco y ocho entrantes, segundos y postres se puede elegir en cada uno de los pases, así que el recetario resulta más que suficiente. 


En las dos propuestas, mientras se toma la comanda y la cocina empieza a trabajar, al comensal se le agasaja con detalles muy interesantes. A la mesa pueden salir un buen aceite del Bajo Aragón, un suave alioli casero o una confitura de tomate natural. Y lo mejor, el pan para untar: de centeno, cañada de aceite, avellanas, garnacha, cebolla… Magníficos panes para ir abriendo boca. Pero no acaba ahí la cosa, ya que la comida siempre se inicia con uno o dos aperitivos como los de esta semana: canelón de changurro con puerro poché y salsa de marisco, y una bola de ternasco con gajos de naranja blanqueada y puré de patata. 


En el menú se trabaja con productos que por precio y calidad se intenta que den un buen nivel. De esta forma, puede incluirse una corvina, el último atún de la temporada o la afamada ternera Wagyu, y aunque no se recurre al entrecot de esta carne para el roast beef templado que se ofrece, la cadera también resulta sabrosa. 


Javier Nicolao elabora muy bien los arroces, y el cremoso de mejillones, chipirones y pulpo lo borda. A la mesa sale en paellera individual y se emplata delante del cliente. Una ración, por cierto, con la que perfectamente pueden comer dos personas. Otro detalle de sala, por ejemplo, es que la corvina se prepara en papillote natural, descubriendo delante del comensal los aromas que permanecen atrapados. 


En fin, buen producto, cocina actualizada y muchas ganas de agradar y sorprender. Es lo que sucede con el guiso de faldeta de ternasco de Aragón. Se presenta deshuesado, con unas setas y, de repente, si te aburres del cordero, puedes acercarte al granizado de wasabi que lo acompaña. No es muy fuerte pero lo suficiente como para refrescar y abrir las papilas gustativas. 


En la carta, el patrón es parecido pero la diferencia la marca el producto: micuit de foie gras, ventresca de atún de almadraba, tronco de merluza de La Coruña, corvina asada dentro de una costra de pan que esconde aromas mediterráneos o la receta clásica de jarrete de ternasco deshuesado con cebolla de Fuentes y vino tinto. Lo dicho, una buena puesta en escena con capacidad para más de 400 comensales. Por sitio no será.

Idílico Restaurante

Calle de Doctor Cerrada, 12. Zaragoza

Teléfono: 976 217 841

Horario: de 13.30 a cierre.

Domingo noche y lunes, cerrado.


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