Sidra, brasa y buena compañía, en la sidrería Begiris

Este establecimiento, ubicado en el barrio de Santa Isabel, vive la gastronomía alrededor de la sidra.

Eva Romanos y David Royo, en el comedor de la sidrería Begiris
Sidra, brasa y buena compañía, en la sidrería Begiris
Agencia Almozara

Discretamente ubicada en el barrio de Santa Isabel, la sidrería Begiris celebra este mes de septiembre su décimo aniversario. No ha hecho mucho ruido en este tiempo, tal vez por su enclave en una zona residencial, rodeada de adosados y al margen del bullicio del centro de Zaragoza. 


Begiris es una auténtica sidrería vasca, donde te puedes mojar los pies al servir la sidra de alguna de las siete cupelas que hay repartidas por el establecimiento. En otros locales similares uno tiene la impresión de que la sidra forma parte del decorado; molestando incluso en según qué situaciones. Aquí no. Las enormes barricas son las grandes protagonistas a costa de robarle espacio al comedor. 


Septiembre y octubre son buenos meses para disfrutar del espacio exterior desde el que se accede a dos bodegas para grupos. En esta zona al aire libre, por supuesto, también se puede escanciar la sidra. Pero el comedor principal es el más utilizado, donde la clientela se sienta en mesas corridas que invitan a la socialización, que es como en las sidrerías se entiende la gastronomía. 


David Royo y Eva Romanos, los impulsores del proyecto, son los primeros en fomentar la idea de lugar de encuentro. Y el principal argumento que invita a compartir es el conocido grito de ‘choch’. David es el que habitualmente da un golpe en la mesa, abre la espita de la barrica y la clientela, en fila, rellena su vaso de sidra. Un ritual, por cierto, que se suele repetir unas cuantas veces. Y es que en Begiris por la sidra no hay que preocuparse. Todos los menús, desde el más básico (9,50 euros) al asador (40,90 euros), incluyen la posibilidad de beber sin límite. Y vaya si se bebe, casi más que se come. 


La brasa de carbón vegetal de encina es la gran protagonista de la cocina; una brasa de verdad que deja su sello en carnes y pescados. Incluso en el menú del día más básico aparecen carnes como secreto ibérico, churrasco o una brocheta aragonesa elaboradas sobre ella. El nivel sube en el menú de cuchara y brasa, con recetas como las alubias de Tolosa, los garbanzos con bacalao, el guiño a Aragón en forma de migas o unas exquisitas alcachofas en tempura. 


Y de ahí ya se da el salto a los tres menús más clásicos y contundentes. El de sidrería (29,50 euros) se mantiene desde el principio. Chorizo a la sidra, ensalada verde y tortilla de bacalao para compartir y, de segundo, chuletón o entrecot de vaca y bacalao frito con pimientos, a elegir, para terminar con el queso curado con membrillo y nueces. Se agradece que el chuletón salga a la mesa sin la parte del despiece que se conoce como tapa (con la carne algo más dura que el resto), que emplean para elaborar las croquetas de chuletón. En el menú ‘tkoko’ (33,50 euros) aumentan los entrantes y la variedad de segundos a elegir, mientras que el asador hace las veces de menú degustación con la presencia de productos singulares, como el pulpo o los mejillones a la brasa. 


Y de la operación retorno no hay que preocuparse. David y Eva han pensado en ello con una propuesta que incluye el café, la copa y el taxi de vuelta al centro de Zaragoza por 6,90 euros.

Begiris

Dirección: Inocencio Ruiz Lasala, 52,  Zaragoza

Teléfono: 691 660 055 

Horario: Lunes a domingo, de 13.00. a 17.00.

Viernes y sábado, de 20.00 a cierre.

www.sidreriabegiris.com


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