La rubia de cebada autóctona

La Schmucker de trigo se ha convertido por su sabor en una de las cervezas de verano favoritas.

Cerveza Schmuker
La rubia de cebada autóctona

CSchmucker es una fábrica que se fundó en 1780 por lo que tiene una gran tradición en la región donde se asienta. Se encuentra en el bosque de Oden, al sur de Franckfurt y cerca de las más conocidas ciudades de Darmstad o Heilderberg.


En 1789 Nikolaus Schönberger en la llamada Taberna del Ciervo, empezó a elaborar cerveza en esta zona de Mossautal. Venía de Suiza y sus descendientes siguieron su tradición. Durante el siglo siguiente serían simultáneos el negocio agrícola y el cervecero, siendo más importante el agrícola. Pero esto cambia a partir de 1921 cuando el nuevo propietario Friedrich Gottlieb Schmucker pone la primera piedra para el desarrollo moderno de la fábrica. A partir de este momento el negocio cervecero destaca en importancia sobre el agrícola, iniciando un desarrollo que ha ido paralelo a la historia de Alemania: sustitución de carros de caballos por camiones en 1924. Como algo especial a los niños de la localidad se les dio un premio especial para salir del colegio y que pudieran saludar a los camioneros.


La crisis de 1929 en la economía alemana se deja ver y las ventas descienden a la mitad. Mejora a partir de 1934 pero con la Segunda Guerra Mundial y la falta de materias primas se elabora un sucedáneo de la cerveza al que llamarán Duenbier y que se mantiene hasta 1948. Desde ese momento y hasta ahora todo ha mejorado muchísimo.


Esta fábrica siempre ha tenido una especial sensibilidad con el medio ambiente y fue la primera en construir una depuradora (en 1958) para evitar las aguas contaminadas. Igualmente encargan la cebada a cultivadores de la zona que han de comprometerse a dejar una superficie sin cultivar cada año (un 3%) al objeto de proteger la flora autóctona.


Por este compromiso personal con la naturaleza, Schmucker nunca vende sus cervezas en lata, ya que tienen comprobado que la gente sigue tirando los botes en cualquier lugar especialmente en los bosques, según ellos mismos afirman. En Alemania todas las botellas de cerveza son retornables desde hace mucho tiempo y en todos los supermercados se encuentran máquinas por las que se introducen las botellas, un sensor las codifica y o bien te dan el dinero o un vale para cambiarlo en caja. Deberíamos de tomar nota de ello.


Todos los años la compañía sufraga la limpieza de un bosque próximo a lugares en los que su cerveza se venda y tenga una buena presencia. Este respeto y amor por el medio que les rodea hace que en sus etiquetas aparezca la figura de un campesino tocado con un tricornio que es el típico de la zona.


Aunque este tipo de cervezas de trigo son especialmente recomendables para el verano, lo cierto es que ahora ya se toman durante todo el año. Su servicio en los vasos altos de medio litro es todo un arte y que la cabeza de la espuma quede perfectamente situada no saben hacerlo todos los camareros. El mojar antes el vaso es esencial para que el servicio sea bueno y al mismo tiempo bonito.


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