El marisco, protagonista en El Hormiguero Azul

El marisco llega al Tubo en forma de tapeo y raciones, para degustar sin muchos formalismos.

Alex Casorrán, en la barra del establecimiento El Hormiguero Azul, en pleno Tubo.
Alex Casorrán, en la barra del establecimiento El Hormiguero Azul, en pleno Tubo

El chef Alex Casorrán ha emprendido una nueva andadura al frente de El Hormiguero Azul siguiendo una trayectoria ciertamente curiosa. En dos de sus últimos destinos ha trabajado con el cocinero Jordi Cruz, el guapo del programa 'Masterchef', en su restaurante de Berga, y en unos fogones de nivel, los del restaurante Aragonia Palafox.


Pues bien, el proyecto que acaba de emprender hace apenas dos semanas en el Tubo supone dar un giro radical a esa andadura. El Hormiguero Azul es una marisquería pero completamente adaptada a la zona donde se ubica. La oferta se centra en raciones para tomar en mesas altas donde no cabe la posibilidad de apoltronarse chupeteando una mariscada cargada de argumentos del mar. La idea más bien es la de adaptarse al tapeo del Tubo, pero ofreciendo un producto diferente, que prácticamente no existe en el entorno.


De alguna forma, Alex Casorrán ha querido rendir un homenaje a la marisquería El Ancla, que sus padres tenían en la calle Don Jaime; volver a los orígenes, al establecimiento donde se empezó a despertar su interés por la gastronomía. Además, de aquel local se ha traído al nuevo negocio una de las propuestas estrella: los mejillones a la cerveza (4 euros) que hacía su padre. Los prepara al vapor en la plancha, recurre a un aliño especial y culmina la receta con una espuma de cerveza por encima.


El local apenas lleva dos semanas abierto y estos mejillones ya ejercen de reclamo. Junto a ellos, también aparece algún que otro producto singular y diferente como las quisquillas. En este caso, ejemplares muy pequeños que se comen como si fueran pipas. La ración de este crustáceo (2 euros) se sirve en un cuenco parecido a los que su utilizan para degustar el vino Ribeiro de la casa. Este guiño a Galicia también se ve reflejado en el pulpo a feira, pero al mismo tiempo El Hormiguero Azul evoca sensaciones muy del Mediterráneo. Sobre todo por su luminosidad, por el blanco nuclear de las paredes y esas fotografías que invitan a degustar los productos que se muestran tras la vitrina de la barra.


Gambas rojas, brochetas de choco (2,50 euros), navajas (8 euros), nécoras (7 euros) y gambones y cigalas completan una oferta en la que estos dos últimos crustáceos son los que ponen el nivel más alto del marisco. El tiempo dirá si hay espacio para ostras y otras propuestas similares donde el listón de la calidad y el precio se incrementa.


De momento, este peculiar hormiguero que rinde homenaje al escultor turolense José Azulespecialista en animales, se conforma con asentarse en el Tubo; con hacer ver a sus asiduos visitantes que hay vida más allá de croquetas, montaditos, tablas de curados y tapas variadas.


El Hormiguero Azul

Calle Estébanes, 8. El Tubo, Zaragoza.

Horario: de 12.00 a 16.00 y de 19.30 a 24.00.

Martes, cerrado.


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