Ric 27, un sinfín de detalles que marcan estilo

En este restaurante zaragozano la comida casi es una excusa para disfrutar de otras muchas sensaciones y detalles diferentes que dan sentido al local.

Danielle Cabana y Antonio Potenza, responsables de sala y de cocina, respectivamente, de Ric 27.
Ric 27, un sinfín de detalles que marcan estilo

Hace dos años y medio, Antonio Potenza y Danielle Cabana apostaron en Zaragoza por crear un espacio diferente. A partir de una decoración tan divertida como desenfadada, de un tragaluz que es una joya, de las flores naturales a la mesa y de tantos pequeños detalles que difícilmente encajarían en esta crónica, crearon un peculiar continente al que terminaron de dar sentido con una propuesta gastronómica muy particular.


Buen rollo por los cuatro costados es lo que se respira en Ric 27; esa sensación de local donde encaja muy bien gente de variada clase y condición: parejas, amigos, familia, citas de trabajo…, donde en una mesa te puedes encontrar a dos jóvenes estudiantes comiendo una patata Ric, un plato de pasta fresca y salir por 18 euros con el vino incluido y, en la de al lado, a un matrimonio de mediana edad que disfruta de un tartar de salmón salvaje y de una buena pieza de mero, que con el postre y un buen vino, sale por 60.


Tanto el menú como la carta o las sugerencias (casi todos los días hay siete u ocho), están cortados por el mismo patrón: espíritu informal, buenos productos (no se ofrecen pescados de piscifactoría), trabajo de cocina no excesivamente recargado y esa sensación de que prácticamente no sobra nada en el plato.


Atención personalizada

La atención personalizada, además, refleja el interés por hacer llegar al cliente el esfuerzo que se pone en el menú de mediodía (20 euros, de lunes a viernes). Cambia tanto que resultaría difícil recomendar un plato porque difícilmente aparecerá por mucho tiempo. En cualquier caso, resulta curioso que apenas haya información del menú. Es como si los clientes acudieran seducidos y convencidos de que no van a salir defraudados.


Danielle, mesa por mesa, canta los platos del menú, pero no se limita a recitarlos. Los describe con todo lujo de detalles. Cocina mediterránea, fresca, de mercado y que mira a Italia de muchas maneras diferentes: en el trabajo con la pasta fresca, en los risottos marca de la casa, en el tratamiento de los quesos o en las salsas que acompañan a algunas carnes y pescados.


Pero a pesar de esta impronta y de este estilo, no estamos ante un restaurante italiano al uso. La presencia en la carta de unos thay noodles con verduritas, langostinos y salsa de soja, de una tempura de vieiras braseadas con curry o de rape con soja y miel, habla claramente de otro tipo de influencias. Eso sí, dos años y medio de trabajo ya es tiempo suficiente para citar algunos clásicos: los pescados, en general; los risottos, como el de peras conferencia, gorgonzola y nueces, y el sándwich de berenjenas rellenas de jamón, mozzarella de búfala, albahaca y tomate natural.


La música también está siempre presente y es de calidad; un pequeño espacio chill out; la copa de la noche; la posibilidad, si así se tercia, de coger un libro y leerlo; la informalidad; la fusión de ambientes, sin fronteras ni barreras de ningún tipo y, sobre todo, las ganas de pasar un buen rato, terminan por dar forma y sentido a este restaurante que es muchas más cosas.


Ric 27

C/ Pedro María Ric, 27. Zaragoza. Tel. 976 218 714.

Horario: De 9.00 a 1.30.

Viernes y sábado noche, conviene reservar. Domingo noche y lunes, cerrado.


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