Bal d'Onsera, del cocinero Josechu Corella (una estrella Michelin) reabre sus puertas tras una reforma para dotarlo de una nueva imagen y una renovada filosofía: acercar a la sociedad la nueva cocina aragonesa con una apuesta por llevar sus creaciones a tapas y raciones, más cercanas al ciudadano.

De tapas en un Estrella Michelín

De ser un restaurante al que había que llamar a un timbre para franquear su puerta de entrada, Bal d'Onsera ha pasado a convertirse en una especie de gastrobar con amplias cristaleras a la calle y con una pequeña barra desmontable en la que los fumadores podrán compatibilizar el pitillo con las consumiciones. Es decir, que tras una pequeña reforma, el establecimiento que regenta el chef Josechu Corella ?poseedor de una estrella Michelin desde la guía de 2009? se ha reinventado para acercar el alma de su cocina al ciudadano normal y corriente, jugando con la ventaja de estar en una de las calles que delimitan la zona del Tubo (calle del Blasón Aragonés, 6; teléfono 976 203 936).

"Se trata de que la gente pierda el miedo a la alta cocina", señaló el chef el pasado viernes, durante el acto de reapertura del local, en el que se ha habilitado una pequeña barra en la que se puede tomar vino por copas y tapas y raciones basadas en los platos de la carta y del menú degustación del restaurante, cuya cocina sigue manteniendo la filosofía de apuesta por los excelsos productos autónomos, como la trufa, la borraja, el azafrán, las hortalizas y frutas de temporada.

Así, en la carta del bistró, o gastrobar, o como se le quiera llamar, titulada 'Pequeños manjares', se puede elegir entre unas pocas tapas: pincho de borago (nuestra borraja enrollada); campa a tus anchas (tartar de presa ibérica con ajos tiernos); paseo por el campo (risotto de hongos), y amarillo poché (huevo campero escalfado con migas, hongos y calabaza). Todas estas pequeñas muestras de alta cocina cuestan 2,50 euros, excepto el huevo (3 euros).

Más amplio es el apartado de 'Manjares para compartir', con casi una docena de propuestas, con precios que oscilan entre los 7 euros de la espuma de crema catalana y corazón de frutos rojos y los 17 del solomillo de ternera del Pirineo al punto rosado y chutney de tomate, ciruelas y mostaza antigua. El risotto de hongos que hemos visto en la tapa está también como ración, lo mismo que el tartar de ibérico, que en el caso del plato para compartir viene acompañado de migas de tomate crujientes, virutas de judías verdes y helado de pimiento rojo asado.

El otro pilar de esta nueva andadura de Bal d'Onsera es la apuesta por el vino de calidad por copas, especialmente por referencias basadas en variedades autóctonas de dentro y de fuera de Aragón. No falta, desde luego, la garnacha ?otra de nuestras señas de identidad?, pero se irán incorporando vinos de otros países y de otros continentes. Todo, por el afán de Corella de contribuir a la difusión de la cultura del vino, especialmente entre los consumidores jóvenes. Las copas de vino se venden a algo menos de 3 euros. Hay que decir que toda esta oferta se podrá disfrutar tanto en la barra como en unas cuantas mesas pequeñas que se han habilitado en la sala de restaurante, junto a las que estaban antes, que siguen preparadas para los clientes de carta y del menú degustación.

¿Y LA ESTRELLA?

Y este giro, ¿afectará al local en la próxima 'Guía Michelin'? A Corella no le preocupa en absoluto, según afirmó el chef, aunque "esto no tiene por qué influir en que se valore la esencia de nuestra cocina". Cree, además, que se trata de fomentar el consumo y el disfrute gastronómico con propuestas asequibles porque el modelo ha cambiado radicalmente. El nuevo Bal d'Onsera estará abierto de 12.00 a 0.00 ininterrumpidamente.

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