El paraíso del queso, al gusto del consumidor

Una carta fija de 40 quesos es su tarjeta de presentación, que se pueden degustar en la barra o en tablas en su punto óptimo de curación.

Carlos Díez, propietario del bar Estudios, en la barra del establecimiento.
Carlos Díez, propietario del bar Estudios, en la barra del establecimiento.

Al entrar en el bar Estudios ubicado en la calle del mismo nombre, uno tiene la sensación de que su propuesta gastronómica ha cambiado muy poco desde que abrió sus puertas en 1976, pero al mismo tiempo, de que se ha afinado mucho. Y es que viendo la barra –especialmente el espacio dedicado a los quesos, su producto estrella– da la impresión de que ha evolucionado hacia una selección diseñada muy al gusto de la clientela.


Pero, además, probando algunos de estos quesos, se perciben más detalles y, especialmente, uno: se presentan sobre la barra en su punto óptimo de curación, algo de agradecer. Nada tiene que ver un manchego con ocho meses de curación que con el doble de tiempo, y esta es una enseñanza de la que han tomado muy buena nota en este local.


Eso sí, lo que no ha cambiado en el bar de los quesos (así se le conoce, más que por su nombre original) es esa sensación de que gustan fuertes, raros y de sabores muy diferentes… Una impresión que en lo que se ha traducido recientemente es en la presencia de una carta de alrededor de 40 quesos fijos de oveja, cabra, vaca y mezcla, la mayoría artesanos y elaborados con leche cruda.


Establecer un ranquin de los más apreciados por la clientela resulta complicado, pero seguro que algunos de los que se hacen en Samper de Calanda están muy arriba, como los de la Sierra de Espadán, el francés Langrès o el manchego de Ocaña que permanece durante año y medio en aceite. A esta lista se podrían añadir referencias de Roncal, Idiazábal o algún buen castellano de Valladolid de leche cruda. En fin, que los amantes del queso tienen buenas razones para no dejar de acudir al Estudios. Clientela fiel y fija, desde hace años, no falta en este local.


Además, cualquiera de las 40 referencias de la carta se pueden probar en el momento, junto a las novedades que semanalmente se incorporan. En la barra, las tapas de queso, que se siguen distinguiendo por su buen tamaño, tienen al mismo precio que hace cinco años (2,40 euros), igual que la selección de patés y embutidos que también se puede degustar de pie.


A la mesa, el queso se presenta de forma diferente, en tablas bien seleccionadas, con cuatro de oveja, dos de vaca y otros dos de cabra, donde sabores y texturas siempre encuentran interesantes contrapuntos: pastas blandas y duras o el contraste de uno azul y uno parmesano. Ocho patés distintos, embutidos y ahumados completan la oferta de los productos que se presentan en las tablas, donde una de las últimas novedades es la crema de cecina de ternera de Astorga. Sin olvidar las afamadas suelas del Estudios, como la que lleva paté de jabugo, atún, pimientos del piquillo, sardinas y anchoas, la más veterana de la casa. 


Estudios

C/ Estudios, 15. Zaragoza.

Teléfono: 976 299 309.

De martes a domingo: de 18.00 a cierre.

Sábados y domingos: de 12.00 a 15.30. Lunes cerrado.


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