Letras que alimentan: el plato, una ventana a la cultura

Cultura, costumbres, productos, cocina y religión. Ingredientes que moldean los hábitos alimenticios de un pueblo y que nos ayudan a comprender de dónde venimos y dónde estamos. Esta semana recomendamos el último libro de Francisco Abad Alegría. Vale la pena leerlo.

Portada del nuevo libro de Francisco Abad Alegría
Letras que alimentan: el plato, una ventana a la cultura

Francisco Abad Alegría es un viejo conocido de las páginas de este suplemento, en donde suele deleitarnos, con bastante asiduidad, con artículos en los que compendia valiosos datos para el estudido de la culinaria regional y nacional combinados con agudas reflexiones no exentas de sentido del humor y de visión de futuro.


Es autor de una larga lista de libros y publicaciones, tanto referidas a su temática profesional –es doctor en medicina y especialista en Neurología, Neurofisiología Clínica y Psiquiatría– como a su gran pasión: la gastronomía. Entre estos trabajos editoriales, figura uno que apareció en septiembre de 2007 titulado ‘Diccionario de la cocina cristiana de España’. Ahora, acaba de publicar una edición corregida y aumentada con el título ‘La cocina cristiana de España de la A a la Z’, en donde hace un recorrido por las fórmulas de cocina que han nacido al abrigo de los tiempos litúrgicos, las fiestas religiosas y los usos eclesiásticos y conventuales de España, y que forman parte inserparable de nuestra riquísima cultura gastronómica.


En las sucesivas entradas de este diccionario, el autor vuelve a poner de manifiesto sus grandes conocimientos sobre verduras, guindillas, curados, pimientos y tradiciones gastronómicas, explicándonos, de un modo preciso, divulgativo y ameno, qué es el ajilimoje de Semana Santa, cuál es el origen de la almojábana o por qué se comen tradicionalmente caracoles en Nochebuena en algunos lugares.


Todo ello, con el propósito de poner de manifiesto la "influencia innegable y determinante de las normas canónicas en todos los ámbitos de la cultura española, siendo la cocina una parte incluida en ese acervo cultural", señala Abad Alegría, quien pone el ejemplo de los muchos días de abstinencia que imponía la doctrina, lo cual condiciona el modo de alimentarse y de cocinar durante largos periodos del año.


"No podemos olvidar otros condicionantes religiosos, como los que llegan de las festividades, pues muchos de los santos del calendario se celebran con determinados platos, postres o usos culinarios", añade el autor del libro, para quien "ese peso tremendo de la religión lleva a una vulgarización tal que luego todos los dulces, por ejemplo, se dice que proceden de la tradición de conventos o monasterios, cuando la realidad es que muchos de ellos proceden de otras culturas, sobre todo de la árabe y de la romana".


Así, las rosquillas están unidas a la conmemoración de los santos Antonio abad, Blas, Froilán o Valero, entre otros, pero los roscos y las rosquillas tienen un significado solar evidente, por su forma, y su tradición enlaza con conmemoraciones etruscas y romanas situadas entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera.


Calendario litúrgico


El libro concluye precisamente con dos apéndices, uno dedicado al calendario litúrgico católico y las concordancias de cada celebración con otros cultos en la cocina del ciclo anual. El otro se centra en la iconografía clásica que recoge representaciones de alimentos. Tal vez el más socorrido es el de la manzana, "símbolo del pecado original, tanto en escenas del Edén como en manos de María sedente, que en numerosas representaciones escultóricas la exhibe en su mano, mostrando que ese fruto del pecado original no pasó por su boca".


Título del libro: ‘La cocina cristiana de España de la A a la Z’.

Autor: Francisco Abad Alegría.

Editorial: Mira Editores.

Zaragoza, 2013. 254 páginas.

Precio: 20 euros.


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