Gastronomía

Casa Rodri, conservas y bocadillos a gusto del cliente

El cliente manda en este bar a la hora de decidir el tamaño de las raciones y los bocadillos, donde las conservas son las grandes protagonistas.

Miguel Ángel Rodrigo y Arantxa Pinilla, en la barra de Casa Rodri
Casa Rodri, conservas y bocadillos a gusto del cliente

Casa Rodri es un clásico discretamente ubicado en la calle Escosura que si estuviera en el Tubo zaragozano daría mucho más que hablar. Este bar ya supera los 50 años de existencia, más que suficientes como para pensar que si no ha cambiado su propuesta gastronómica es porque le funciona y los clientes están satisfechos con ella.


A Casa Rodri no hay que ir buscando un tapeo muy refinado. Su fuerte son las conservas de calidad, en algún caso tamaño XXL, como sucede con los mejillones. De todas formas, la oferta es amplia: chipirones, boquerones, sardinas rancias, escabeche? Y lo mejor de todo es que no hay formatos estandarizados. Se puede pedir una sardina, o combinarla con un boquerón y un mejillón, o elegir un montadito de pan, o los ingredientes al gusto para un bocadillo cuyo tamaño también decide el cliente?


El bocadillo, precisamente, es la fórmula que más adeptos tiene en este bar. Las más de 60 barras de pan que gasta cada día son un buen indicador de este éxito, que en gran medida radica en lo ya reseñado con anterioridad: uno lo puede confeccionar totalmente a su medida, aunque hay algunas combinaciones clásicas. Por ejemplo, el Mundial 82 (tortilla de patatas y anchoa), el siberiano (escabeche, anchoa y guindilla), el ecológico (pimiento rojo y anchoa) o el completo (aguja, escabeche, anchoa y boquerón).


Dependiendo de los ingredientes, el precio de uno de un tamaño normal oscila entre 2,50 y 3 euros.


Tapas y ensaladas

Y lo que sirve para esta propuesta, prácticamente se puede aplicar a las ensaladas. Son realmente impresionantes de tamaño y en ellas cabe de todo: escabeche, anchoas, boquerones, mejillones, olivas, chipirones, huevo duro? Y algo parecido sucede con las tortillas, que las preparan muy finas y se pueden mezclar con los productos en conserva que cada cliente elige.


Casa Rodri es un buen ejemplo de que la especialización en la hostelería no es una mala cosa cuando se trabaja con productos de calidad. Son más de 50 años los que lleva haciendo lo mismo y la clientela no se cansa, y no parece que le vaya mal. Además, el sábado y el domingo no abre sus puertas y a diario normalmente cierra a las 21.30 y, apurando mucho, media hora más tarde si hay movimiento. Unos días de cierre y unos horarios más que razonables y que pocos establecimientos se pueden permitir.


La oferta gastronómica se completa con curados, conservas en adobo de Teruel, torreznos de Soria y un estupendo queso curado de Samper de Calanda. Y a la hora de beber, una apuesta diferente es la del cava por copas, como un vino más, perfectamente compatible con los productos en conserva.


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