Restaurante

Casa Próspero, original en el fondo más que en la forma

Tapeo basado en pocos ingredientes pero bien combinados, cariño por los guisos y cocina de siempre.

Alfonso Pérez y Conchita Matute, en la barra de Casa Próspero de Zaragoza
Casa Próspero, original en el fondo más que en la forma

En sus casi 10 años de existencia, Casa Próspero, o lo que es lo mismo, Alfonso Pérez y Conchita Matute, han ganado en distintas ediciones premios a la mejor tapa aragonesa y original; en fin, que no se han encasillado. La base de su cocina es tradicional, pero sin cerrarse puertas a un punto de creatividad o de originalidad, pero entendida no tanto en la forma como en el contenido. 


Por ejemplo, el premio a la tapa original 2012 lo recibió por el montadito Otoño (guiso de caza, boletus confitados, manzana y nueces); es decir, productos clásicos pero combinados y trabajados de forma que resultan diferentes, que sugieren sabores de antaño; una evocación donde precisamente radica su originalidad. Algo parecido sucede con el resto de las tapas en Casa Próspero: te dicen algo, no se quedan en la degustación de un bocado delicado sin más.


Hace ya un tiempo que Alfonso y Conchita decidieron crear una carta con las más demandadas y hacerlo, además, a un precio muy sugerente (1,60 euros) para el trabajo que llevan. Todas tienen nombre y, entre las más señaladas, hay que citar la carrillera (guiso de carrillera, crema de patata, foie y reducción de garnacha), el castellanito (picadillo de chorizo con salsa de queso, huevito frito y cebolla) o el saquito de morcilla (morcilla guisada con pasas y piñones al Pedro Ximénez). Junto a la presencia de este tapeo también se pueden degustar otras propuestas más clásicas como banderillas de vinagrillo, tacos de carne picante o empanadillas de atún y pimientos.


En cuanto a las raciones y centros de mesa, la mirada a la cocina tradicional también está muy presente y si bien se puede optar por un picoteo donde el protagonismo vaya de la mano del foie, curados, croquetas, ensaladas y otros centros con productos de la huerta, donde Casa Próspero echa el resto es en los guisos. Unos buenos callos y unas manitas, o las carrilleras en su jugo son platos que se miman mucho.


Esta forma de entender la cocina también se refleja en los menús que se ofrecen en este restaurante. Especialmente llamativo es el de temporada (25,50 euros, mínimo dos personas). Se cambia cuatro veces al año y su contenido supone un buen resumen de lo que esta casa quiere ofrecer al cliente. En él se combinan tapas, raciones al centro y un plato de la carta.


El de degustación de verano, por ejemplo, empieza con un montadito de bonito y anchoa, y croqueticas de jamón al estilo de la abuela; se continúa al centro con delicias de pimientos con ventresca y boquerones, y una ensalada fría de quesos, manzana y nueces; para terminar eligiendo entre dos carnes y un pescado, y el remate que pone la tortica de requesón, nueces, miel y canela en helado.



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