Restaurante

El Pescatero: una marisquería clásica, pero adaptada

Ángel Jarque, hijo del anterior propietario, regenta ahora esta marisquería zaragozana del entorno de la plaza de San Francisco.

Ángel Jarque, en la barra de Casa El Pescatero, con un ambiente muy andaluz
Vuelve una marisquería clásica, pero adaptada
ALMOZARA FOTOGRAFIA

Seguro que son muchos los vecinos del entorno de la plaza de San Francisco que se acuerdan de la marisquería El Pescatero, que desde principios de los 70 y hasta mediados de los 90 del siglo pasado abrió sus puertas en la calle Andrés Piquer. Pues bien, hace dos meses ha visto la luz un nuevo pescatero, en la misma ubicación y regentado por Ángel Jarque, hijo del anterior propietario.


El nombre y la base del negocio son parecidos, pero los tiempos no, así que difícilmente hubiese cuajado hoy en día la idea de recuperar aquella marisquería que ofrecía angulas o gamba blanca de Huelva bien seleccionada. En la actualidad, hay poco público para este tipo de productos, así que el nuevo proyecto ha nacido con otras miras. Eso sí, algún plato de los de antes se ha recuperado. Es el caso del salpicón 'el pescatero' (4,40 euros), seguramente una de las referencias más demandadas por la clientela, y con razón, ya que la combinación de merluza, calamares, cebolla, mayonesa… está muy conseguida.


La fritura ya se sabe que en Zaragoza funciona y en este bar, especialmente, de la mano de los calamares a la andaluza, chipirones, puntillas y boquerones fritos (5,90 euros la ración). Y junto a este cuarteto también habría que añadir el Bienmesabe, o lo que es lo mismo, la presencia sobre el plato de cazón adobado, un clásico del recetario del sur, hacia donde le gusta mirar a Ángel Jarque.


Alimentación andaluza y rebujito

De hecho, el bar tiene un punto de ambientación andaluza: la luz, la música de fondo, algunos cuadros… y el rebujito. Su dueño celebró en el local hace unos días su particular Feria de Abril e incluyó la popular bebida, pero sin ánimo de permanencia. Pues bien, los clientes mandan y se lo siguen pidiendo, así que no le ha quedado más remedio que mantenerlo.


A la plancha se ofrecen raciones de berberechos, gambas, sardinas y el solomillo de cerdo lo presentan en pequeños medallones que se pueden combinar con varios acompañamientos. La oferta de la carta también incluye algún producto 'de la tierra', como la ensalada de tomate con ventresca o los cogollos con crema de anchoa. Y los paladares que busquen entre el marisco referencias más distinguidas, también pueden degustar percebes, nécoras, ostras, camarones y alguna gamba especial como la de Palamós.


Una de las cosas que más se agradece en este bar es que los precios de todos los productos forman parte de la decoración. En todo momento sabes lo que vas a pagar por las raciones o las unidades del producto que pidas. Hasta la bebida aparece perfectamente detallada con su precio, de forma que la cuenta de lo que te puedes o te quieres gastar sale rápido.



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