Muchas gracias a todos por sus preguntas y por su atención. Ha sido un placer estar con ustedes. Si quieren seguir planteando más cuestiones, estaré a su disposición a través del blog Entre copas y pucheros en heraldo.es y en Facebook.

A mí me gusta el vino pero no entiendo mucho y a veces me da miedo quedar mal cuando entre el grupo de matrimonios con el que salimos están los más entendidos. ¿Qué me aconseja para saber más de vinos? Gracias. María.

Pues le aconsejo, sencillamente, que disfrute del vino y no se deje acomplejar por nadie. Si quiere saber más puede hacer algún curso de iniciación a la cata y después otros cursos para profundizar en la cuestión. Pero cuando beba un vino, no tenga reparos en decir si le gusta o no le gusta, en expresar lo que le sugiere e incluso decir que solo le sabe a vino, que sería lo más deseable después de una época en la que parecía que estábamos bebiendo perfumes más que otra cosa. Con tanto ensalzar el consumo de vino de calidad, puede que nos hayamos pasado y hayamos espantado a la clientela. El vino ha pasado de ser un alimento imprescindible en la mesa de todas las familias a considerarse un artículo de lujo que requiere de sofisticadas liturgias para ser libado como si fuera una bebida sagrada. Yo he ensalzado desde hace tiempo los tapones sintéticos y los de rosca en las botellas de vino, y los ardientes defensores de las esencias de la tradición me crujieron a críticas. Luego, el tiempo nos va dando la razón y quien quiere exportar a los grandes países emergentes tiene que dejarse de tonterías. Este verano me he cansado de aconsejar en mis artículos que la gente beba el vino como le apetezca, que beba tinto de verano con hielo, con limonada o con gaseosa, que se difundan los cócteles de vino, elaborados con blancos, rosados y tintos. Utilizando el sentido común, claro, y buscando vinos respetables a precios justos. Y cuando queramos disfrutar en una barra o en una comida con un gran tinto o con el mejor de los blancos (no nos olvidemos de los ricos blancos que se hacen en Aragón) hagámoslo también, apreciando su color, sus aromas y su sabor. Y a ser felices con la gastronomía, que es de lo que se trata.

Por favor, que no nos recomiende el Almau del Tubo, que hay más. Gracias.

Pues qué quiere que le diga, a mí me gusta Bodegas Almau. Aparte de que es un establecimiento con mucha historia y solera, es acogedor y, lo que es más importante, tiene una de las mejores ofertas de vinos que se pueden encontrar en Zaragoza. Y además lo sirven en perfectas condiciones, en la copa adecuada y a su temperatura. ¿Sabe cuántos locales hay en Zaragoza en los que se pueda disfrutar un vino en esas condiciones? Seguramente los podríamos enumerar con los dedos de las dos manos y nos sobra algún dedo. Lo cual me parece lamentable, siendo una ciudad con unos 700.000 habitantes, capital de una comunidad que tiene cuatro denominaciones de origen vitivinícolas y más de media docena de zonas de vinos de la tierra. En el Tubo se puede beber vino así en el Almau, y en el Algo Más, en La Miguería, en La Venencia y en La Pilara, el último gran descubrimiento de la hostelería zaragozana. Habrá alguno más que se me escapa. Fuera de esa zona, están La Scala y el Bole, el bar El Fútbol (en Torrero), el Vetula (donde también se come muy bien, por cierto). Y no se hagan muchas ilusiones que no hay muchos más: en donde no te ponen vasos de sidra te sacan el vino caliente o la botella lleva abierta varios días. Ya les digo, una verdadera pena.

Hola: Me gustaría sorprender a mi pareja llevándola a cenar a un sitio diferente, ya que le gusta probar comida de otros países , me podría recomendar un restaurante temático en Zaragoza que no sea un chino. Muy amable , Muchas gracias. Sergio García

Yo le recomendaría el restaurante La Mano de Pablo, que está en los Porches del Audiorama. Es un restaurante uruguayo con personal llegado de aquel país y hacen una cocina auténtica, con producto que importan directamente de aquellas tierras. Si le gusta la cocina árabe, vaya al Buenacara, en la calle Cortes de Aragón. Sus propietarios son sirios y los platos que hacen son muy auténticos también. Otro que está muy bien es la Taverna Lusitana, con v porque está escrito en portugués, como son los platos que ahí preparan sus propietarios llegados desde Portugal. Está en Paseo de Sagasta. Y en cuanto a cocina oriental, los Sakura tienen una oferta de cocina japonesa que no está nada mal.

He de celebrar un acontecimiento especial con un grupo de amigos y había pensado en una cena o en la Bastilla o el Amaranto,pero desearía su opinión y alguna otra sugerencia por su parte. Mª Teresa Usé.

Ambas opciones me parecen muy acertadas, hacen una cocina muy honesta y recomendable. Últimamente, cuando me piden recomendación mis amigos, suelo mencionar el restaurante Novodabo, donde David Boldova trabaja como nadie el pescado de primera calidad, y la gente sale contenta. En cocina más tradicional, me gusta mucho La Bodega de Chema, donde está el chef Carlos Ceperuelo, con unas sólidas bases en el recetario aragonés. Nunca me defraudan cuando voy al Bal d’Onsera, de Josechu Corella (única estrella Michelin que tenemos en Zaragoza), al Cachirulo, a La Matilde, a La Granada, a La Val d’Onsella (de Villanueva de Gállego). En Huesca, hay que visitar La Venta del Sotón, Las Torres, el Lillas Pastia o el Callizo (Aínsa).

Hola, sigo mucho sus informaciones sobre vinos. Me gustaría saber qué vino aragonés recomendaría y cuyo precio fuera inferior a 20 euros. Y más, ¿recomendaría alguno por menos de 10?. Barry

En la anterior respuesta sobre mis vinos preferidos ya les he dado muchas pistas. Además son productos que están casi todos por debajo de 20 euros. Entre los que he probado recientemente, hay un vinazo muy recomendable, el Artigazo, de Bodegas Paniza, que solo cuesta 10 euros. Muchos vinos de esta bodega de la D. O. Cariñena tienen un precio fantástico y están muy ricos. Los Jabalí, por ejemplo, que no pasan de los 5 euros, vinos jóvenes y frescos. Ayer estuve en una cata de Latidos de Vino, de Vinos de la Tierra de Valdejalón, caldos para gente más o menos joven que nunca dejan de sorprenderme por su sencillez tan perfecta. El Latidos I Love Tinto 2010 está muy rico y solo cuesta 5,50 euros. En cuanto a vinos con una estupenda relación calidad/precio recomiendo fijarse en las bodegas familiares, que en Aragón hay muchas, y que miman mucho el producto. Prueben los vinos de Bodegas Aldahara, de Bodegas Sers, Meler, Oto Bestué (todas ellas del Somontano) y se sorprenderán de su calidad a precios verdaderamente increíbles. En la D. O. Calatayud también hay muchas de este tipo, con productos muy mimados, como los de Bodegas Esteban Castejón o Guerrero Sebastián. Y en Cariñena, los Aylés, los Urbezo, los de Viñedos y Bodegas Pablo. Los de ribera del Gállego: Pegalaz, Reino de los Mallos, Edra.

Ayer probé la tapa del bar La Republicana y me pareció muy buena, la mejor porque ya he ido a otros bares. ¿Cual es para usted la mejor tapa del concurso de este año? Ana.

Como ya he dicho en la respuesta anterior, este año estoy ‘liberado’ de tener que probar y valorar decenas de tapas. Si me dice que la de La Republicana está rica, pasaré a probarla. De entre las que he disfrutado este año, me han gustado especialmente las que hacen en Bodegas Almau y en La Pilara, ambos en el Tubo. La que hacen con ternasco en el Café del Sur también me ha sorprendido gratamente.

Hola, me gustaría saber cual es su opinión acerca del concurso de tapas, ya que usted ha sido jurado y conoce bien la organización. ¿es de verdad un concurso justo o se premia solo al concursante “más enchufado”? ¿Cree que esto de verdad sirve para llevar gente a los bares o es un evento que no tiene ningún sentido? Gracias. José María Molina.

Yo he sido jurado varios años, aunque este año ya no lo soy, y la verdad es que los métodos de valoración han ido mejorando con el tiempo. Ahora el sistema me parece más justo porque hay cincuenta personas eligiendo los que ellos creen mejores y después habrá una final en la que los elegidos (el año pasado hubo diez finalistas) elaborarán la tapa ante un jurado profesional, llegado de fuera para que sea más imparcial, según dicen. Le aseguro que la tapa que ganó el año pasado, la que hicieron los hermanos Carcas Armingol en el restaurante Casa Pedro, era la mejor que yo probé durante el certamen. Por otra parte, me parecen estupendas este tipo de iniciativas que animan a los consumidores a salir de casa y comer y beber por precios muy aceptables.

Me gustaría saber cuál es para usted el mejor vino de Aragón, independientemente de si es conocido en el mundo o no, pensando solo en la calidad del caldo. Gracias. Juan Luis Armida

La verdad que es una pregunta difícil de contestar porque, fuera tópicos, en Aragón se elaboran grandes vinos y, a partir de ahí, juegan los factores de los gustos de cada cual y elegir el vino más apropiado para cada momento. Aunque hablando de favoritos, ya sabrán muchos de mis lectores mi gran afición por las garnachas aragonesas, sobre todo las de Campo de Borja. Un vino con el que siempre disfruto enormemente es con el Tres Picos, de Borsao. También el Coto de Hayas Garnacha Centenaria, de Bodegas Aragonesas, está entre mis preferidos. Otros vinos que están entre los mejores son algunos de Cariñena (los de Care, ciertamente), o los de Somontano (cualquiera de los colección de Viñas del Vero, o los varietales de Enate, o los rosados de Bodega Pirineos).

Buenos días, Sr. Solanilla. Soy lector habitual de su blog, que encuentro muy interesante. Bien, mi pregunta es: ¿Cuál es el mejor sitio para comprar vino, la propia bodega, una tienda especializada o un supermercado (o, incluso, a través de un club de vinos)? Si de precio se trata, supongo que los supermercados, en particular aprovechando las ofertas, pero ¿es más fiable comprarlo en la propia bodega por la conservación? ¿es mejor dejarse aconsejar por algún experto? Si pudiera dar nombres, se lo agradecería doblemente. Gracias por su atención, Carlos Vázquez, Zaragoza.

En principio, cualquier establecimiento o método de compra de los que enumera resultan fiables. Es de suponer que, si son profesionales, habrán mantenido el vino en las condiciones adecuadas de conservación, que es lo fundamental para que el vino llegue perfectamente al consumidor. No sé si sabrá que muchas bodegas mandan sus vinos a la exportación en contenedores o containers climatizados para garantizar que la botella que alguien compre en Manhattan, por ejemplo, está en las mismas condiciones que cuando el enólogo metió el vino en ella. Desde ese punto de vista, comprar el vino en la propia bodega ofrece más garantías y tal vez los grandes supermercados me inspiran menos confianza. Pero cuando más disfruto es visitando tiendas especializadas, en las que siempre hay un experto dispuesto a aconsejar al cliente en función de sus gustos y necesidades. En cuanto a nombres, desgraciadamente, en Zaragoza y en Aragón en general apenas quedan tiendas de este tipo porque la crisis está pasando un duro peaje a este sector. Si no recuerdo mal, en la capital aragonesa, en los dos últimos años, habrán cerrado media docena de tiendas de vino. De las pocas que ya quedan, yo visito de vez en cuando La Garnacha, en la calle Reina Fabiola, donde hay una oferta muy interesante. Y, por supuesto, siempre que tengo ocasión y paso por Tarazona, no dejo de entrar en la vinatería El Rincón del Arpa, donde su propietario, Juan Antonio Calvo, ejerce de sabio anfitrión para atender como nadie a sus clientes. Yo recomendaría la opción de la tienda especializada si no se tiene muy claro cómo está la oferta y el resto de opciones si está seguro de lo que quiere comprar.

Muy buenas... me gustaría saber dos sitios, a su criterio, para tomar una buena cena para dos personas por 200 euros y por 20 euros. Confiaré en usted. JOSEAN78

Estimado lector: por 200 euros para dos personas se puede comer muy bien en cualquier sitio en Aragón y por bastante menos también. Pero si me dice que me los tengo que gastar de todas todas, seguramente escogería el Aragonia Palafox y me dejaría llevar por las recomendaciones de su director, el gran sumiller Jesús Solanas, quien seguro echaría mano de varios de los vinos que atesora en su bodega para regar los ricos platos que salen de la cocina del restaurante. Y en cuanto a lo de cenar ricamente dos personas por 20 euros, lo veo más complicado. Por ese precio se puede optar a algún menú del día (aunque por la noche no suelen estar operativos) o tirar de bocatería. De todas formas, si usted conoce algún lugar de más alto nivel a ese precio, dígamelo que me apunto a visitarlo.

Es un placer para la vista y el gusto tus comentarios y sugerencias gastronómicas en el Heraldo. Pero siempre me pregunto: ¿cómo haces para mantener tu estilizado tipo, probando constantemente semejantes delicias? ¿Eres de un signo astrológico que se sale "del mapa"? Un fuerte abrazo, enhorabuena y ‘bon apetit’. Carlos Bogdanich.

Estimado Carlos: podría decir, en este caso, como muchos políticos: “Me alegro de que me haga esta pregunta”. Y digo eso porque me la formulan a menudo en catas, comidas o actos de todo tipo. Hay que decir para empezar que comer bien no significa hartarse hasta reventar, pero en muchas personas todavía queda esa tendencia a la glotonería, heredada de una cultura en la que nuestros antepasados pasaron muchas privaciones. Para ellos y en aquellos tiempos, “comer bien” era sinónimo de saciarse hasta no poder más. En este trabajo hay que tener bastante moderación porque si no sigues esa máxima, al final acabas ganando mucho peso o con problemas estomacales o hepáticos si se abusa de ciertos alimentos o del alcohol. Así que procuro dejar siempre algo en el plato (aunque a veces lo que te sirven está verdaderamente apetecible y haces un sacrificio), especialmente en el apartado de postres golosos. Y fuera de esas comidas de trabajo, compenso con otras muy livianas, con muchas verduras, frutas, ensaladas, pescados y carnes poco grasas pasadas por la plancha. Y siempre que puedo, por supuesto, hago ejercicio para quemar calorías. Y creo que esta moderación en la comida y la práctica del ejercicio es aconsejable para todo el mundo, sobre todo si se tiene una vida más bien sedentaria. Los médicos nos recuerdan a menudo que la obesidad es un factor de riesgo muy a tener en cuenta para determinadas enfermedades con resultados fatídicos. Hay que llevar una dieta sana, actividad física y, por supuesto, no fumar.