Disfraces y ricas viandas

Los últimos días de febrero y los primeros de marzo de 2011 están marcados en el calendario por la celebración de una de las fiestas más divertidas y más esperadas del año: los Carnavales. En el Pirineo aragonés se organizan algunos que cada año que pasa atraen más visitantes por los atractivos que despiertan. Concretamente, en el Valle de La Fueva estas fiestas destacan por su originalidad. Se trata de una celebración itinerante en la que los asistentes, disfrazados, se suben a sus coches y, escoltados por la charanga, forman una colorida caravana que durante toda la jornada recorre los pueblos del valle.

La peculiaridad de esta fiesta entraña una historia detrás. En La Fueva, el carnaval es itinerante porque cuando se comenzó a recuperar, el valle estaba casi deshabitado y la población muy dispersa. Por ello, no quedó más opción que establecer este original sistema para ir reclutando adeptos. Así, mientras los más jóvenes toman sus coches, los mayores preparan la fiesta en las distintas localidades, ya que en cada una de ellas tiene lugar una actividad específica: desayuno, almuerzo, vermut, comida, cena y baile.

Este año se celebran el 12 de marzo. La actividad comenzará a las 10.00 en Tierrantona, donde el Carnaval quedará inaugurado con un multitudinario desayuno compuesto de torta y chocolate para ir cogiendo fuerzas. Desde ahí, la caravana se dirigirá rumbo a visitar, por este orden: Aluján, Formigales, Palo (donde suele ser habitual que los vecinos aguarden con varios kilos de sardinas y jamón serrano, así como con abundantes tortillas de patata), Buetas (donde se comerá), Rañín, Lalueza, Fuendecampo y La Cabezonada. En cada pueblo se sumarán nuevos disfraces, que se incorporarán a la marcha, y se degustarán productos típicos de la variada gastronomía del valle. Una gastronomía que echa mano tanto de la agricultura y la ganadería, como de lo que proporciona el medio natural.

Productos autóctonos

Durante el recorrido del carnaval se podrán degustar pollos de corral, las típicas chiretas, realizadas con tripas de cordero rellenas de entrañas del animal, arroz, perejil y ajo, o productos extraídos de la conocida matacía de La Fueva (longaniza, salchichón, chorizo y morcilla). Muchas de estas matacías se hacen con los latones de La Fueva, unos cerdos que se crían en libertad en explotaciones abiertas en los montes del valle y cuya alimentación se complementa con piensos vegetales y cien por cien naturales. Además, esta crianza al aire libre propicia la limpieza de la parte del monte en el que los cerdos están instalados, ya que comen matorral y monte bajo.

También son muy tradicionales en todas las celebraciones que tienen lugar en el valle la ‘sopa de fiestas’ (elaborada con jarretes o cuello de cordero, esqueleto de pollo, huesos de ternera, huesos de jamón y alguna verdura) y las rosquillas caseras para merendar. Esta divertida jornada vivirá su última parada a eso de la medianoche, cuando la caravana regresará a Tierrantona, donde habrá una sesión de baile en el salón social, amenizada por la Orquesta Moncayo.

Restaurantes y alojamientos

Si se opta por visitar el valle de La Fueva durante más de una jornada, hay una amplia oferta de establecimientos rurales que ofrecen alojamiento y comida al viajero. Bien conocidos son, por ejemplo, el restaurante Las Bodegas de Clavería, ubicado en Humo de Muro; el restaurante La Fueva, en Tierrantona, y el restaurante y hostal Casa Puyuelo, también en esta última población. En cuanto a los alojamientos, son numerosos y se distribuyen por la práctica totalidad de los pueblos del valle. Información en la página web www.lafueva.com.