quiche me. zaragoza.

Auténtica cocina casera francesa

C/ San Lorenzo, 7. Tel. 976 960 870.Menú: quiche, ensalada y bebida por 5,95 euros.

Pascal Frot, propietario del restaurante Quiche Me
Auténtica cocina casera francesa
FOTOGRAFÍA ALMOZARA

Un quiche es una especie de tarta salada típica de la cocina tradicional francesa que se cuece al horno y que se puede rellenar con productos tan variados como carnes, pescados o frutas. Esta preparación fue elegida por Pascal Frot para dar nombre al restaurante que abrió en Zaragoza, hace ahora exactamente un año, y que resume a la perfección el tipo de cocina que se practica en este establecimiento.


Los quiches, los hojaldres (como el de ratatuille), la pissaladière (otra especialidad gastronómica francesa muy emparentada con la pizza italiana), las ensaladas con salsas muy típicas de algunas regiones galas (como la de mostaza con granada), las terrinas y el micuit de foie gras, los quesos variados o los postres caseros (como el far, delicia típica de Bretaña elaborada con frambuesas) son los platos más solicitados por la cada vez más numerosa parroquia que acude a este establecimiento del centro de la capital aragonesa. Al ser un local más bien recogido, conviene reservar mesa con antelación, sobre todo si se quiere probar sus especialidades el viernes o el sábado. Los domingos está cerrado y entre semana ofrece un menú del día consistente en un quiche con ensalada y una bebida, que puede ser agua, caña, refresco o vino de la casa. También se puede optar por un plato diario que Pascal Frot promociona entre sus especialidades. Si se opta por la carta, el precio por persona oscila entre los 15 y los 20 euros. La carta de vinos está acorde con lo que ofrece el restaurante y se puede elegir entre vinos de Aragón (Somontano, Cariñena y Bajo Aragón), riojas, riberas, algún cava y, por supuesto, champán francés.


El horario de apertura es de 13.30 a 16.00 y de 20.30 a cierre. El local destaca por su decoración, que denota que Pascal proviene del mundo del diseño. También las cartas (que, por cierto, cambian según la estación del año) se enriquecen de la creatividad del propietario, que apuesta por atraer a amantes de la cocina y de la cultura, pues organiza exposiciones y tertulias y cenas en francés los miércoles por la noche.