auténtica cocina uruguaya

La Mano de Pablo

Carnes de la pampa uruguaya a la parrilla, pizzas y otros platos de pasta al estilo de aquel país y los mejores postres típicos de Punta del Este, al alcance de todos los zaragozanos.

Hernán Ortiz, jefe de sala, y Enrique Barros, jefe de cocina del restaurante La Mano de Pablo.
La Mano de Pablo
ALMOZARA

Desde hace poco más de un año, hay un trozo de Uruguay en la capital aragonesa. Es el restaurante La Mano de Pablo, ubicado en el centro comercial del Audiorama, con entrada por la plaza del Emperador Carlos. Cuchi y Luis, dos buenos amigos y paisanos, me habían hablado muy bien del establecimiento, y con ellos fui a degustar algunas de sus mejores creaciones.


Comimos, para empezar, unos ñoquis de patata y carne de vaca, que es típico consumirlos a finales de noviembre en aquel país. Siguió una degustación de algunas de las pizzas que hay en la carta del establecimiento. En este apartado, la oferta supera la veintena de especialidades, y destacan algunas especialmente sabrosas, como la montevideana, la carioca, la criolla, la americana y la de la casa, además de otras típicas italianas, como la napolitana o la cuatro estaciones. La pasta de estas pizzas es bastante gruesa y crujiente. Este plato es la causa de que, especialmente los días festivos, el público familiar acapare buena parte de las mesas del amplio establecimiento.


Para los que gustan de platos con buena materia prima, las especialidades a base de carne uruguaya son ineludibles. El chuletón de lomo alto a la parrilla es un manjar que conviene degustar con tranquilidad y acompañarlo con pimientos o con patatas asadas o con alguna de las salsas de las que tan a menudo echan mano por aquellas latitudes, como la criolla o la chimichurri. Ofrecen también el asado de tira, la entraña, el escalope milanesa o el vacío, todo ello de vacuno que llega del ganado que se cría en libertad pastando por las inmensas llanuras de aquel vasto territorio. Una combinación de todos estos platos en una parrillada especial de la casa colmará los paladares de los más exigentes carnívoros. Otro plato con el que jóvenes y mayores se regalan es el ‘Chivito’ (lo sirven en dos versiones), que lleva, nada más y nada menos, que filete de ternera, jamón, mozzarela, beicon, huevo frito, guarnición de ensaladilla rusa, patatas fritas y ensalada de lechuga y tomate.


Por cierto, que las ensaladas de la casa también son muy recomendables, lo mismo que los entrantes (empanadillas, provoleta, chorizo y morcilla a la parrilla), y los postres caseros. La carta de vinos es el único pero que se le puede poner a este restaurante, ya que, aparte de los uruguayos y argentinos elaborados con uva malbec, la oferta de caldos es más bien escasa para la calidad de los platos que llegan a la mesa.