HACIENDA IBER

De los mejores del mundo

En esta explotación ubicada junto al pantano de Mequinenza llevan casi un mes cosechando las olivas. De allí sale uno de los aceites virgen extra más premiados del mundo.

Entrada de las olivas a la cinta en las que se les quita la hojarasca para ser lavadas después.
De los mejores del mundo

Marco Oreggia es algo así como el Robert Parker del aceite de oliva. Cuando Oreggia publica sus guías, el sector aceitero se revoluciona tanto como el del vino cuando Parker emite sus esperadas puntuaciones. Pues bien, los aceites que salen de Hacienda Iber, en el término de Mequinenza, están apareciendo entre los mejore puntuados de su guía desde que salieron al mercado, hace ya cuatro años. En la guía de 2010, el Único, el aceite de autor de Hacienda Iber, aparece con 96 puntos sobre un total de 100, el segundo mejor aceite español, solo superado por los 97 puntos que obtiene Rincón de la Subbética.


Mantenerse todos los años en la parte de arriba no es fruto de la casualidad. La clave está en el proyecto empresarial que hay detrás, a cuyo frente está el barbastrense Luis Ros. Hacienda Iber comenzó a gestarse hace 15 años, con la compra de varias fincas junto al pantano de Mequinenza. Se sitúa en un entorno privilegiado, que se extiende a orillas del embalse, a lo largo de 15 kilómetros. No es difícil ver de vez en cuando alguno de los ciervos que traspasan estas y otras fincas, próximas a la Serreta Negra. El extraordinario microclima del que goza esta explotación hace que se obtengan las cosechas más tempranas de España, propiciando unas condiciones de cultivo y maduración muy especiales, que permiten alcanzar unos frutos de altísima calidad.


Desde hace ya casi un mes, las máquinas están cosechando los preciados frutos de los olivos, plantados de forma similar a las vides en espaldera para facilitar las labores agrícolas y la recolección. Mayoritariamente son de la variedad arbequina, aunque también se recogen olivas de variedades italianas -como la arbosana, frantoio u olivastra- o incluso griegas, como la koroneiki, para conseguir aceites más complejos y acordes a los gustos actuales.


Como señala Luis Ros, el concepto de elaboración de aceite en Hacienda Iber supone toda una revolución en un sector con unos tics condicionados por las costumbres milenarias de este cultivo tan antiguo. Bajo el asesoramiento del maestro oleario italiano Giorgio Franci, el equipo que dirige el maestro oleario Maximiliano Arteaga y el jefe de la almazara, José Valero, se afana en sacar el mejor rendimiento a los frutos de los olivos, en un año con una cosecha generosa en cantidad y en calidad.


Zumo de oliva

Como en el caso de la uva, una de las claves para obtener el mejor aceite de oliva es extraerlo lo antes posible una vez la oliva ha sido recolectada. En cuestión de minutos, las grandes cosechadoras vacían su carga en remolques, que acto seguido llevan el fruto a la almazara. Esta se ubica en un llamativo edificio con aires de faro marítimo, a pocos metros de la orilla del pantano. El proceso, totalmente mecanizado y con la más moderna tecnología, permite extraer el mejor zumo de oliva en función de su estado de maduración. El aceite que se obtiene ahora, de olivas más verdes, se irá mezclando en coupages conforme avance el año para que el aceite siga manteniendo la misma frescura y el mismo nivel de calidad. Esto también se consigue gracias a las condiciones en las que se mantiene el aceite en la bodega de la almazara, a temperatura y atmósfera adecuadas, y solo se envasa según la demanda del mercado. La actividad continúa por la noche en esta época de recolección.


Las olivas, después de ser lavadas, pasan al molino y de allí a los batidores, al decanter para separar el sólido del líquido, a los decantadores y a la bodega. Después de un complejo proceso, con el hueso de las olivas se consigue una biomasa con la que se genera la energía que necesita la almazara. Y al final también, surge un chorro de oro líquido, una aceite de oliva virgen extra de la mejor calidad, como queda claro en las guías de Oreggia y en los concursos en los que Hacienda Iber se bate con los más reputados aceites del planeta, única forma de contrastar el auténtico nivel de calidad y su situación en el mundo, como resalta el experto Maximiliano Arteaga.