Hace algunas semanas, Educación confirmó que el colegio de La Jota será el primero de Aragón en el que, a partir del curso que viene, se cederán aulas que estarán asignadas a institutos con problemas de saturación, en este caso, el Pilar Lorengar.

La medida trata de evitar que ningún niño salga del barrio y quiere frenar el exceso de alumnado de este centro de secundaria y bachillerato, que este curso ha necesitado aulas prefabricadas. Sin embargo, las familias echan en falta más información sobre un proceso que, según explican, les fue trasladado desde el servicio provincial como el primer paso para hacer de este un centro integrado (los niños no solo cursarán infantil y primaria, sino también secundaria), pero aún no saben cuántas vías deberán dedicar al nuevo fin ni cómo se hará el proceso de selección de alumnos.

"Desde la APA nos hacemos eco de la incertidumbre creada a las familias, que no tienen confirmación oficial de que vamos a ser un centro piloto integrado", insisten. Por otra parte, también piden tener las mismas condiciones que los otros integrados que se están haciendo en el sur (estos de nueva construcción), que arrancan con un currículo integrado y con el sistema bilingüe del British Council.

"Esto, unido a la falta de una ley que regule los centros integrados, la desinformación sobre las aulas pertenecientes al Pilar Lorengar, las obras que se deben acometer para habilitarlas y las modificaciones organizativas que surjan en el día a día, hacen que las dudas y preguntas por parte de los padres sean continuas", añaden.

El departamento de Educación aclara que tiene previsto convocar a la dirección del colegio y a los padres a una reunión informativa y que la intención es que en el futuro pueda ser un centro integrado. No obstante, matizan que, para hacerlo, "hay que estudiar la evolución de la población y la demanda en los distintos niveles".

Falta de plazas

Esta zona tiene un importante problema de falta de plazas de instituto de cara a los próximos años y la construcción de un nuevo centro está descartada. Los colegios de la zona 2 acumulan este curso a 561 alumnos en 6º de primaria, aunque algunos repetirán y no pasarán al instituto, o podrían elegir centros en otras zonas. De ellos, 151 (los del Hilarión Gimeno, el Tío Jorge y el Tenerías) están adscritos al Pedro de Luna. Los del Rabal (108), pasan a un centro que se ha habilitado como instituto, el colegio de San Felipe, que tendrá cuatro o cinco aulas. Al instituto de La Azucarera podrían acceder 165 adolescentes de colegios como el Cándido Domingo, el Eugenio López o La Estrella.

El desequilibrio más importante entre la oferta y la demanda de plazas está en el Pilar Lorengar (podría recibir a 196 chavales de 13 años) para el que, sobre todo, se toma la medida de que La Jota ceda aulas. Este colegio llegó a tener tres vías por curso completas, pero ha notado un bajón del alumnado conforme ha caído la natalidad, y tiene espacios que, previa habilitación, pueden usarse para los chavales de ESO. Estos estarían asignados al instituto y tendrían profesores de secundaria.