El mercado del tabaco se ha mantenido estable a lo largo del año pasado a pesar de las diferentes embestidas legales que sus responsables aseguran haber tenido en los últimos años y tras hacer frente a productos para dejar de fumar en los que el cigarrillo electrónico ha sido la más moderna, pero también la más vilipendiada y fallida alternativa. En esta tesitura, la facturación de la provincia de Soria a lo largo de 2015 apenas sufrió un pequeño revés de menos de un punto porcentual en caída de recaudación con respecto a la anterior anualidad, 2014. Concretamente del 0,13% y que en dinero supone una pérdida de 33.908 euros en una año, al contabilizar en ventas de productos derivados del tabaco más de 24,20 millones de euros, de acuerdo a las últimas cifras del Comisionado para el Mercado de Tabacos, dependiente del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas.

Lo cierto es que las pérdidas paulatinas en el sector han sido la tónica desde la entrada en vigor de la última y más restrictiva Ley del Tabaco, de la que se cumplen ahora cinco años y un mes. Si las cifras del pasado ejercicio se comparan con las de 2010 el menoscabo acumulado es mayor, con una diferencia de facturación de 602.480 euros. De esta manera, en 2015 se ingresó en la provincia un 2,42% menos que un lustro atrás, cuando casi se alcanzaron los 25,70 millones de euros en ventas de productos derivados del tabaco.

Pero esta cifra conseguida en 2010 no fue más que un espejismo, pues desde que el Comisionado para el Mercado de Tabacos dispone de datos desglosados por provincias (el año 2002) nunca se había alcanzado una facturación similar; tampoco como las acumuladas en los últimos cinco años. Es más, 2015 está por encima incluso de 2009, cuando se sobrepasaron los 23,83 millones de euros. De esa anualidad hacia atrás, la facturación siempre fue mucho menor. Por ejemplo, en 2002 se llegó a los 18,40 millones; en 2003, 2005 y 2006 apenas se superaron los 19 millones de euros; en 2004 se vendieron en productos derivados del tabaco casi 20,2 millones; en 2007 se llegó a los 21,15 y en 2008, a los 22,82. Fue un ascenso paulatino hasta que en 2010 se tocó techo y después ha ido descendiendo progresivamente. No obstante, actualmente el sector se mantiene en mejores niveles que durante los primeros años de la crisis.Deshabituación

No que obviar que desde la última Ley del Tabaco la sociedad ha intentado tomar mayor conciencia sobre los prejuicios que ocasiona el tabaco en su salud y que el abandono de este hábito ha estado en los planes de muchas personas. Como se mencionaba anteriormente, una de estas alternativas fue el cigarrillo electrónico, un mercado que inició su andadura con contundencia, pero que se ha ido apagando lentamente.

En España el primer establecimiento dedicado a la venta de ‘e-cigs’ se abrió en noviembre de 2012, si bien el sector no empezó a despegar hasta mayo de 2013. En Soria, las tiendas especializadas han ido desapareciendo poco a poco. La incertidumbre de si finalmente contiene sustancias igual de nocivas que el tabaco tradicional y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) no haya dado su visto bueno total podrían haber precipitado la caída de este mercado y la prohibición preventiva ha sido la opción que han adoptado algunos países, como España. Mientras, los fabricantes y distribuidores hablan de una "agresiva campaña" mediática contra el sector.

De todas formas, quienes han querido abandonar este hábito han tenido que hacerlo gracias a su tesón, a las terapias de deshabituación tabáquica y, a veces, con ayuda de algunos medicamentos que inhiben la sensación de necesidad de nicotina.

A lo largo del año pasado 3.562 personas de la provincia acudieron al programa de deshabituación tabáquica que Sacyl tiene en Atención Primaria, según las últimas cifras del organismo. En su mayoría se trató de hombres, 2.164 frente a las 1.398 mujeres que también iniciaron la terapia. Se trata del 4,6% de las personas mayores de 14 años (77.512) de la provincia, edad en la que tradicionalmente se ha puesto el inicio el hábito, aunque ahora "se ha rebajado incluso a los 12", según explicó recientemente el doctor Sierra, responsable de este programa. Además, la Junta Provincial de la Asociación Española Contra el Cáncer también dispone de este tipo de programas.

Pero dejar de fumar no es una tarea fácil y al menos se intenta entre tres y cinco veces antes de abandonar el tabaco. No es sencillo porque estos productos manufacturados son adictivos. Un reciente estudio de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica recuerda que encender un cigarrillo conlleva aspirar "más de 3.500 sustancias tóxicas para la salud y que de ningún otro modo aceptaríamos inhalar o ingerir". Y se enumera: "Monóxido de carbono, acetona, naftalina, disolventes, amoniaco, un veneno tan potente como el arsénico, insecticida DDT, plomo, cadmio, incluso elementos radioactivos como Polonio 210, y hasta 40 sustancias cancerígenas como por ejemplo, el alquitrán que al quemar se descompone en hidrocarburos policíclicos".

Es más, "la nicotina tiene una capacidad adictiva que supera cinco veces a la cocaína y su única finalidad es producir una falsa sensación de placer que engancha", se indica en el estudio para rematar que el tabaco es "una adicción que, además, acaba matando a la mitad de sus consumidores habituales".