El fiscal pide 9 años por una agresión sexual en un juicio que se celebró a puerta cerrada

La víctima declaró detrás de un biombo, mientras que el acusado negó los hechos de 2013.

El acusado se tapa ayer al entrar en el juicio, con su abogado.
El acusado se tapa ayer al entrar en el juicio, con su abogado.
j. m. marco

La Audiencia de Zaragoza celebró ayer un juicio a puerta cerrada por una agresión sexual que ocurrió en junio de 2013 en un bar del barrio deLas Delicias. La abogada de la acusación particular, Ana María Marco, pidió que el juicio fuera privado y que la víctima declarara detrás de un biombo, dada la afección psicológica que sufrió. Ambas peticiones fueron aceptadas por el tribunal. "Queríamos evitar más sufrimiento del que llevaba", manifestó la letrada.


La denunciante explicó que los hechos se produjeron la noche del 17 de junio de 2013 cuando había salido con unos amigos por varios bares de Delicias. Aunque había coincidido a la 1.30 en una terraza con el acusado, no fue hasta las 6.30 en otro local cuando él intentó ligar con ella y le invitó a una copa. Al salir de allí todo el grupo de amigos, la mujer explicó que el acusado le dijo que acudiera a su bar, una bocatería situada en Vía Universitas, para tomar la última. Pero cuando entraron, según la denunciante, él cerró la persiana y la violó por la vagina y también lo intentó analmente. Asimismo, afirma que él iba muy bebido cuando ocurrieron los hechos.


La víctima detalló que al salir del local, sobre las 8.00, acudió a un centro de salud próximo y pidió socorro en estado de shock: "Ayúdenme, me han violado". De allí, avisaron al Servicio de Atención a la Mujer de la Policía Nacional y le trasladaron al hospital Miguel Servet, donde le atendieron y le aplicaron el protocolo para los casos de violencia de género.


Por su parte, el acusado, Jaime Augusto T. R., de nacionalidad colombiana, se tapó la cara al entrar en la sala de la Audiencia de Zaragoza. Allí negó que la relación hubiera sido forzada y defendió que había sido consentida. La prueba de ADN suponía que se produjo la relación sexual entre ambos. La abogada de la acusación y el fiscal pidieron nueve años de prisión para el acusado por la agresión sexual.


Jaime Augusto, que estuvo preso por esta causa, declaró ayer que el encuentro se produjo antes de lo que dijo la víctima en el bar donde él trabajaba y luego se volvieron a encontrar en otro local. Su abogado Ricardo Pina sostuvo la libre absolución de su cliente al referir que la víctima no tenía lesiones en la zona genital según los resultados del examen del hospital Miguel Servet. Además, el defensor señaló que los forenses no detectaron lesiones al acusado en contra de lo declarado por la víctima, que le golpeó con un cenicero para defenderse.


La víctima se mantuvo un año prácticamente aislada porque solo salía para ser atendida por el forense y los psicólogos de las afectadas por violencia de género. Ella negó ayer que tomara drogas y también que le hubiera pedido dinero al acusado cuando llegaron al bar donde se produjo el encuentro sexual, en contra de lo que declaró Jaime Augusto.

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