Las cajas de ahorro cuentan con un parque inmobiliario, generado por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, que a cierre de 2009 ascendía a 137.000 pisos. La patronal del sector, la CECA, ha encontrado en la Sociedad Pública de Alquiler (SPA) una vía de escape para dar salida a parte de ese lastre por el que las entidades han de provisionar (reservar) cada mes mucho dinero. Ambas instituciones han firmado un acuerdo marco para que las cajas, en virtud de posteriores pactos bilaterales con la agencia, cedan sus casas a la SPA con la esperanza de encontrar un inquilino, lo que aliviaría sus balances pues las provisiones en ese caso son bastante menores.

El director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, destacó ayer su satisfacción por el acuerdo que, dijo, permite a las cajas “rentabilizar” esos pisos y, al tiempo, aprovechar “un canal único” con las garantías del Estado. La ministra de Vivienda, Beatriz Corredor, afirmó que el pacto supone “un reconocimiento de la SPA como entidad “eficaz y profesional” en la gestión del alquiler. Corredor recordó que el porcentaje de arrendamiento en España (13,5%) está aún lejos de la media europea y confió en que movimientos como este último afiancen en su labor a la agencia pública.

Según lo acordado, las cajas de ahorros que se adhieran al acuerdo pondrán a disposición de la SPA parte de su stoc, “sin que ello suponga la cesión de activos inmobiliarios”, precisa el Ministerio de Vivienda.Acuerdo bilateral

Estas cajas firmarán un acuerdo bilateral con la SPA en el que se concretarán los aspectos técnicos, jurídicos y económicos que regirán la relación, así como los honorarios que habrán que satisfacer estas entidades.

En el caso de que la caja de ahorros lo considere conveniente, los acuerdos bilaterales podrán incluir la participación de otras entidades en su grupo y sociedades participadas por las cajas.

Las cajas de ahorros siguen así a los promotores, que desde hace algún tiempo pueden también ceder a la SPA sus pisos ‘colgados’ con la esperanza de encontrar inquilino.

Cerca de 30.000 casas de constructores han seguido este camino en el que, según fuentes oficiales, muchas se descuelgan al no cumplir las mínimas condiciones pues no cuentan con servicios o infraestructuras cercanas o, incluso, al no contar siquiera con la célula de habitabilidad.