El de Procoard es un caso de deslocalización favorable a los intereses de Aragón. Esta empresa familiar de cerramientos metálicos ha trasladado toda su producción desde Viladecans (Barcelona) a Gurrea de Gállego, motivada por el precio del suelo y por la situación estratégica de este polígono situado cerca de la autovía Huesca-Zaragoza, al alcance de los principales mercados nacionales.

El presidente aragonés inauguró ayer las instalaciones, ya a pleno rendimiento, junto al empresario Luis Pelegrín. De los 61 trabajadores de la planta, 37 son empleos de nueva creación y el resto, personal que se ha trasladado desde la factoría de Cataluña, donde solo queda un almacén. Pelegrín justificó el cambio de localización por cuestiones logísticas y porque “aquí se nos ofreció toda la ayuda posible para comprar suelo”. La producción comenzó en 2009 y a lo largo del año se fue trasladando la plantilla.

Marcelino Iglesias les dio “la bienvenida a Aragón”. Valoró que “una parte de los trabajadores se haya trasladado a Gurrea”. “Afortunadamente hay gente que viene a Aragón porque ve que hay oportunidades y hay futuro, en las mismas o mejores condiciones que en otros sitios”, añadió el presidente. Por su parte, el alcalde de Gurrea de Gállego, Juan Carlos Sanmartín, afirmó que además de la riqueza que conlleva la instalación de una industria, el efecto también es positivo en el aumento de población.

Esta empresa de carácter familiar, cuyo origen se remonta a 1962, produce principalmente vallados para la construcción y todo tipo de cierres metálicos. Exporta a Francia, los países del Magreb y Portugal, aunque su principal motor de comercialización es España. Pelegrín, la segunda generación de la firma, dijo que este tipo de pymes aporta unos valores que se han ido perdiendo “con esa visión a corto plazo que tanto daño está haciendo a nuestra economía”. Reconoció que la crisis ha alterado el plan estratégico de la firma y le ha obligado a establecer unas prioridades.

Procoard cuenta con una nave de 12.500 metros cuadrados y tienen una reserva de suelo de 60.000 que permitiría duplicar la capacidad industrial. Con una inversión de 9 millones de euros, en 2009 facturó 12,5 millones. Según su plan estratégico, la plantilla se ampliará en un futuro a 75 trabajadores y la facturación, a 20 millones, un 20% en exportaciones. La fábrica está muy automatizada y tiene unas modernas instalaciones que incluyen un gimnasio y un comedor.