"La economía aragonesa se enfrenta a un nuevo escenario marcado por un brusco enfriamiento de la economía cuyo detonante principal ha sido la crisis de las hipotecas 'basura' en Estados Unidos que se han extendido rápidamente generando dificultades en todas las economías del mundo". Con este párrafo comenzó ayer el secretario general de UGT-Aragón, Julián Lóriz, el diagnóstico de la situación económica que el sindicato ha realizado para trazar los retos sindicales para el próximo año. Lóriz recordó además que el "delicado momento" en el que se encuentra la economía, debido al ajuste del sector inmobiliario y la pérdida del poder adquisitivo de las familias como consecuencia del elevado endeudamiento. Y además, la Expo ha terminado y, según Lóriz, su finalización llega en "un momento de adversidad económica".

Pese a todo, el secretario general de UGT-Aragón no quiso ser catastrofista y aunque reconoció que hay que asumir la realidad del frenazo económico, insistió en que "no hay que generar alarmas ni trasladar más crisis de confianza a los agentes sociales y a las familias". Y es que, según Lóriz, el tejido productivo aragonés está "más preparado que nunca" para hacer frente a la crisis. Es una de sus fortalezas, como lo son también unos recursos humanos más cualificados y una mejora de los equipamientos en infraestructuras y en bienes de equipo.

Lóriz reconoció, sin embargo, que no todos los sectores industrial están "igual de preparados", ya que, según el diagnóstico del sindicato, tendrán mayores dificultades aquellos cuya producción está dirigida al consumo. Entre ellos se encuentra el sector del automóvil, con General Motors España a la cabeza, sobre cuya factoría pesa un expediente de regulación de empleo que podría afectar a 600 empleados. Aunque el líder de UGT Aragón auguró "un buen futuro" para el sector de automoción en Aragón, criticó que la respuesta de estas multinacionales ante la crisis "no se ha hecho bien" y pidió a la dirección de GM que "explique con claridad y transparencia" cuál es el coste de la caída del consumo y su vinculación a la producción y su repercusión en el mercado.

"Estamos a tiempo"

Aunque el diagnóstico de la situación de la economía aragonesa reconoce la existencia de debilidades -insuficiente capacidad tecnológica y escasa transferencia de la misma a las pymes, gran dependencia de la construcción, un tejido industrial débil en el disperso medio rural y un escaso reconocimiento de la Formación Profesional-, Lóriz insistió en que "estamos a tiempo y en tiempo" de cambiar la situación, pero para eso, insistió en que "hay que asumir compromisos".

Para ello, UGT propone y recalca la necesidad de cambiar el modelo productivo -hasta ahora basado en la construcción y el consumo privado-; fortalecer el diálogo social para comprometer a los empresarios en la realización de inversiones en sectores con perspectiva de futuro. Lóriz pidió además a las cajas aragonesas que se impliquen en políticas industriales alejadas del ladrillo "donde hasta ahora ha sido muy fácil invertir" y exigió a las administraciones públicas unos presupuestos que incentiven la inversión. El secretario general de UGT Aragón dejo además claro que "no vamos a permitir que los trabajadores sean los paganos de una crisis que no han generado" por lo que advirtió que "nos revolveremos como un erizo ante cualquier medida que suponga la pérdida de poder adquisitivo para las familias".

Día del Afiliado

Con todas estas premisas, UGT Aragón celebrará el sábado en el rehabilitado municipio oscense de Ligüerre del Cinca su X edición del Día del Afiliado, en el que participará el secretario general del sindicato, Cándido Méndez. Al acto asistirán más de 2.000 afiliados de los más de 49.000 con los que ya cuenta la central sindical en Aragón.