PRESIDENTE DEL BANCO CENTRAL EUROPEO

Trichet da alas a los inversores al garantizar liquidez y sin dictar medidas extraordinarias

Los mercados celebran que los bancos puedan seguir financiándose. Sospechan que el BCE compra bonos sin dar publicidad.

Jean-Claude Trichet, presidente del BCE, durante su intervención de ayer.
Trichet da alas a los inversores al garantizar liquidez y sin dictar medidas extraordinarias
ARNE DEDERT/EFE

El Banco Central Europeo (BCE), que mantiene el precio del dinero en el nivel más bajo de la corta historia de la zona del euro, no está dispuesto a emular a la Reserva Federal norteamericana (Fed) con el anuncio de compras masivas de deuda soberana de países en dificultades. Persistirán las facilidades que tienen los bancos del área monetaria común europea para financiarse en buenas condiciones hasta el verano próximo, lo que debiera traducirse en una mayor fluidez del crédito a empresas y familias.

Pero una cosa son las declaraciones y otra las realidades. Y los mercados, que reaccionaron mal en un primer momento, a la ausencia de unas medidas extraordinarias que ya daban por descontadas, empezaron a percibir signos de que el BCE, sin realizar proclamas, está firmemente dispuesto a combatir a los especuladores, y podría estar activando el vigente programa de adquisición de bonos -que hasta ahora había mostrado una limitada actividad, muy inferior a la desplegada por la Fed- conteniendo con ello la ofensiva que en los últimos días se ha abatido sobre Portugal, España, Italia y hasta Bélgica.

Las bolsas, al alza

Los inversores se prestaron al juego. Finalizada la sesión de los mercados de valores, la prima de riesgo de España había descendido hasta 230 puntos básicos, mientras la bolsa vivió una sesión vertiginosa. Los picos oscilaron entre un tirón del 3% -cuando se conoció el resultado de la subasta de deuda-, el desplome con que fue recibida la comunicación oficial del BCE, y el repunte del 2,78% que finalmente registró el Ibex 35 al cierre de la sesión.

Fue una jornada de emociones ininterrumpidas, que concluyó en 9.947,6 puntos, y dejó al alcance de la mano el listón sicológico de los 10.000, sorprendiendo a quienes habían persistido en sus apuestas a la baja, lo que en el argot del mercado se conoce como posiciones 'cortas'.

El clima de optimismo se extendió a las principales bolsas europeas, que por segundo día consecutivo cerraron en fuerte alza, al sumarse al anuncio del Banco Central Europeo los buenos datos inmobiliarios en Estados Unidos.

El BCE inició el programa de compra de bonos en el mes de mayo y ha destinado hasta la fecha 67.000 millones de euros, unos fondos que destinó a comprar deuda pública griega en la fase más aguda de la crisis. De la poca relevancia de esa cifra da idea su comparación con el programa de la Reserva Federal, que ha llegado a realizar adquisiciones por 100.000 millones de dólares semanales. El plan fue duramente criticado por el presidente del Bundesbank, Axel Weber, el más ortodoxo entre los miembros de la institución europea, pero se mantuvo vigente y Trichet ha apelado ahora a su existencia para afirmar que "nunca se dijo que esa medida tuviera un límite". "Estamos en constante alerta y observaremos la reacción de los mercados", declaró un cauteloso Trichet al referirse a la posibilidad de volver a comprar deuda pública esta vez de Portugal e Irlanda.

El presidente del BCE recordó que todas las medidas extraordinarias que pueda adoptar son "temporales" y que forman parte de la estrategia de la política monetaria de la institución. Por eso formuló un llamamiento a los gobiernos de los países de la zona del euro para que adopten medidas destinadas a fortalecer la confianza en la solidez de las finanzas públicas, lo que reducirá las primas de riesgo.

La autoridad monetaria europea confía, mientras tanto, en que cada país haga valer sus propios méritos. En España, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, habría asumido directamente esa función, o al menos así lo dejó entrever en la entrevista que mantuvo con la CNBC, cadena de referencia en Estados Unidos. El jefe del Ejecutivo confirmó que está llevando a cabo negociaciones con gestores de fondos y grandes inversores privados de todo el mundo para atraer a España capital privado.

Zapatero explicó que, entre los argumentos que utiliza, están las expectativas de crecimiento de España. Para ello utilizó las proyecciones que el FMI difundió el pasado otoño, cuando pronosticó una expansión superior al 2% a partir de 2013.