Cierre de la compañía aérea

Spanair anuncia un ERE para más de 2.000 trabajadores

La compañía ha presentado concurso de acreedores y se enfrenta a una deuda de más de 400 millones de euros.

Una trabajadores de Spanair cierra la oficina de la compañia en el aeropuerto de Loiu
Una trabajadores de Spanair cierra la oficina de la compañia en el aeropuerto de Loiu
EFE

Tres días ha tardado Spanair en concretar su abrupto desenlace. Este lunes, después de un fin de semana sin actividad, la compañía presentó ante los Juzgados de Barcelona un concurso voluntario de acreedores con una deuda de 474 millones de euros. Esta complicada situación la sufrirán, muy especialmente, los más de 2.000 trabajadores directos que integran la aerolínea. Todos ellos perderán su empleo esta misma semana, cuando se haga oficial el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que la empresa prepara para la totalidad de la plantilla.


La noticia llega tres días después de que Spanair cancelara todos sus vuelos, un hecho que desde el sector era interpretado como una quiebra segura. Los problemas económicos de la compañía venían de lejos, pero el aparente interés de Qatar Airways en financiar su proyecto hizo que los directivos "decidieran aguantar" unos meses más.


Sin embargo, la delicada situación de Spanair hizo que la empresa qatarí diera un paso atrás. "Que Qatar se retiraba se nos comunicó el viernes, pero lo más importante fue que los accionistas, la Generalitat (de Cataluña) entre ellos, decidieron no aportar más dinero, y fue entonces cuando tuvimos que tomar decisiones", explicó este lunes el presidente de la empresa, Ferran Soriano.


"En el momento en que los accionistas deciden que ya no quieren trabajar más, es irrelevante cuántos posibles socios había. No es cuestión de qué opciones han fallado y por qué, sino de la decisión de los accionistas de seguir empujando el proyecto", lamentaba.


Sin embargo, Soriano se mostraba comprensivo con el Gobierno de Artur Mas. "Siempre hemos tenido su apoyo, pero hay un momento en que decide que ya no se tiene que empujar más este proyecto. Y no sólo lo ejecutamos, sino que lo entendemos perfectamente", admitió.2.000 trabajadores afectados

Sin inversores externos y sin apenas liquidez, la empresa se vio obligada a un cierre precipitado que dejó a los trabajadores con su futuro en el aire. "Hemos pasado de tener un trabajo estable y fijo a las 14.00 horas a tener noticias por parte de los medios de comunicación a las 16.00 horas de que la empresa ha cerrado", aseguraba el representante de CC.OO en Barajas, José Carlos Olmos.


De momento, los más de 2.000 trabajadores directos han recibido un adelanto de 1.000 euros correspondientes a la nómina de enero. El resto se abonará "lo antes posible", un compromiso que no tranquilizó a los empleados. La explicación de lo que estaba ocurriendo la recibieron en la mañana del lunes, cuando el equipo directivo les reunió en la sede de la compañía.


Allí, se habló de un ERE inminente para la totalidad de la plantilla, que se presentará, muy probablemente, a mediados de esta semana. "Queremos que se resuelva lo más rápido posible, pero queremos negociar las condiciones de indemnización", indicaba un miembro del comité de la empresa.


Según los sindicatos, los responsables de la compañía no dieron más detalles que los ya publicadas por los medios de comunicación, lo que provocó "cierto malestar" entre los afectados. Prueba de ello fueron las protestas de esa misma tarde: alrededor de 150 personas se concentraron ante la sede de la compañía.


Las críticas llegaban también desde Baleares, donde este lunes se reunieron medio centenar de afectados para determinar los pasos a seguir. Algunos llevaban muchos años trabajando para la compañía. "Nosotros no estábamos en Spanair, somos Spanair", decía un miembro del personal de cabina.


El mensaje fue unánime: "No nos vamos a quedar quietos". Según el coordinador estatal de UGT en la aerolínea, Guillermo Villalonga, los 240 trabajadores en esta comunidad no descartan, incluso, demandar al presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas, aunque para ello esperarán "un tiempo prudencial".


UNA DEUDA DE 400 MILLONES DE EUROS


El cierre de Spanair supondrá, por lo tanto, el despido de más de 2.000 personas. Desde la compañía se espera que otras aerolíneas lancen ofertas para absorber a parte de los afectados, aunque el portavoz de la empresa, Jordi Juan, reconoció en Radio Nacional que "será complicado que puedan recolocarse dada la actual coyuntura económica".


El futuro de la compañía no es más prometedor. Este lunes, los directivos presentaron un concurso voluntario de acreedores ante el juzgado mercantil número 10 de Barcelona. Una operación que se ha preparado durante este fin de semana, "a pesar de que había piezas que aún no estaban listas".


La aerolínea entra así en concurso de acreedores con un pasivo que asciende, a 474 millones de euros, de los cuales 260 millones corresponden a accionistas y 214 millones a otros acreedores.


"Tenemos que ser muy diligentes y hacerlo todo muy rápido", señaló el presidente, Ferran Soriano, para después añadir que su empresa conseguirá generar activos con el retorno de los aviones, todos ellos de alquiler, a través, por ejemplo, del retorno de depósitos.


Esos activos deberán destinarse a saldar las deudas y a pagar las indemnizaciones pendientes. Se calcula que, en la semana que va desde la noche del viernes hasta el próximo 3 de febrero, 83.006 pasajeros se verán afectados por el cese de operaciones. Muchos de ellos ya preparan las reclamaciones a Aena.


La ministra de Fomento, Ana Pastor, se comprometió este lunes a velar por los derechos de todos los usuarios. "Vamos a actuar, estamos actuando con contundencia y exigiendo a quien los vulnere la reparación del daño y las responsabilidades", subrayaba.