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Sorpresa y temor en el comité de GM por el daño que supondría retrasar el Meriva

Sin confirmación oficial de la dirección, los sindicatos prefieren no adelantar las graves consecuencias que tendrá en el empleo de Figueruelas el aplazamiento del nuevo modelo.

"Nefasta", "catastrófica" o "malísima noticia" han sido los adjetivos que los sindicatos integrantes del comité de empresa de GM han puesto a la información del retraso de ocho meses en el lanzamiento del Meriva. De las repercusiones que tendrá en la plantilla, ya afectada por un expediente de regulación temporal de empleo, no quisieron pronunciarse hasta que la dirección lo confirme oficialmente.


El presidente del comité de empresa, Juan Arcéiz, aseguró que la noticia les había pillado por sorpresa. "Teníamos una reunión ayer y la inicié preguntando al jefe de personal por el retraso del Meriva y me dijo que oficialmente no hay nada". No obstante, de "confirmarse este secreto a voces dentro de la fábrica, sería muy mala noticia para Figueruelas", añadió. Sobre si supondrá alargar el actual ERE o hacer otro nuevo, prefirió no pronunciarse: "Me lo reservo hasta que la dirección lo confirme. Cuando tengamos el enfermo, aplicaremos el tratamiento", dijo.


Por su parte, el secretario general de la sección sindical de UGT en Figueruelas, Pedro Bona, se comprometió a tratar de aclararlo este lunes, cuando se reúna de nuevo el comité reducido de GM Europa. En el último encuentro, recordó Bona, "Forster dijo que no era definitivo, pero que GM Corporation estaba valorando el retraso del Meriva y otros modelos, a expensas de ver lo que pasaba en Europa". En su opinión, "de confirmarse el retraso, sufriríamos mucho, pero no podemos hablar hasta que se haga oficial".


"Si se confirmara, sería una malísima noticia porque aún sobraría más capacidad productiva y entraríamos en una espiral que no sabemos dónde puede acabar", advirtió el portavoz de CC. OO. en el comité de empresa, Antonio Carvajal, que confía en que en la reunión de este lunes en Europa se aclare si habrá retrasos o no, porque "si para Figueruelas sería malo, se convertiría en catastrófico para otras cuatro fábricas europeas que se quedarían a mitad de capacidad, no solo en 2009 sino en todo 2010. Supondría condenar a muerte al Astra y al Zafira"


"Todavía no hemos barajado el alcance, pero es muy grave porque el futuro de la factoría quedaría dañado", dijo José Luis León, de OSTA: "El panorama no es nada halagüeño, porque el retraso prolongará durante un año o más la negativa situación laboral que los trabajadores de GM ya están viviendo". Para este sindicato, el aplazamiento supone que "la compañía no está apostando por la planta de Figueruelas sino que vuelve a descargar en la plantilla el sacrificio de la crisis". Desde Acumagne, Ignacio Sáinz reconoció que de confirmarse el retraso "la situación se pondría un poco fea ya que si se retrasa la producción y no cambia la situación del mercado, estaríamos ante un panorama muy complejo". Por su parte, José Antonio Gil, de USO, comentó que le daba miedo pensar en las repercusiones que el aplazamiento podría tener: "No quiero ni plantearme que con este ERE no salgamos adelante y hubiera que proponer otro. Retrasar el nuevo modelo supondrá un problema muy serio", afirmó. "Nos temíamos que esto no acabara con el actual expediente. El problema se ha ido agravando, los trabajadores hemos ido cediendo para tener el Meriva y ahora cada vez está más lejos", señaló Santiago Arcos, de CGT, que no se atrevió a decir cómo acabará esto: "Ojalá nos equivocásemos, pero vemos que GM para ser productivo necesita menos gente y aprovecha la crisis para hacer planteamientos de mejora continua".


Por otra parte, la dirección y el comité firmaron ayer la prórroga del convenio con los votos a favor de UGT, CC. OO., Acumagme y USO, mientras que OSTA votó una propuesta propia y CGT no participó en la votación.

"Un suicidio para una empresa"


El consejero aragonés de Industria, Arturo Aliaga, opinó en el Foro Empresa sobre el retraso del Meriva: "Lanzar un modelo de automóvil nuevo, con el coste que eso supone, para que no vaya a tener en el mercado las demandas previsible en número de unidades, es un suicidio para una empresa", manifestó.