CRISIS ECONÓMICA

Sarkozy y Merkel convencidos de que Grecia seguirá en el euro

El presidente francés, Nicolas Sarkozy, y la canciller alemana, Angela Merkel, apoyan al país heleno a cambio de aplicar sin dilación reformas.

Nicolás Sarkozy y Ángela Merkel
París y Berlín apuestan por el rigor presupuestario para calmar los mercados
EFE

Los líderes de Alemania y Francia reafirmaron este miércoles que Grecia sigue siendo parte "indivisible" de la zona del euro, mientras que Atenas se comprometió a aplicar con resolución las medidas para sanear la economía del país, que se encuentra al borde de la quiebra.


"A la luz de los rumores de los últimos días, se destacó por todos que Grecia es parte indivisible de la zona del euro", indicó en un comunicado el portavoz del Gobierno, Ilias Mosialos.


El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, la canciller alemana Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, mantuvieron una teleconferencia de 25 minutos en la que trataron la delicada situación por la que atraviesa Grecia.


Merkel y Sarkozy se mostraron "convencidos" de que el futuro de Grecia está en la zona euro y así lo subrayaron en sendos comunicados hechos públicos en Berlín y París.


A cambio, el primer ministro heleno ratificó que cumplirá sus compromisos y aseguró que las medidas anunciadas recientemente para reducir el tamaño del sector público y el nuevo impuesto inmobiliario ayudarán al país a cumplir con sus metas para reducir este año el déficit al 7,6% del PIB desde el 10,5% de 2010. Con esas medidas esperan lograr 2.000 millones hasta finales de año que sirvan para cubrir un agujero presupuestario de 1.700 millones en las cuentas públicas.


"Las decisiones asumidas por el Consejo de Ministros (griego) en los últimos días y las medidas adicionales anunciadas llevan a conseguir los objetivos para 2011 y 2012", afirmó el Ejecutivo griego.


Papandréu subrayó a sus socios que "Grecia está decidida a cumplir con sus obligaciones para garantizar así el completo cumplimiento del programa de apoyo", señaló el documento.


El pasado mes de julio la Eurozona pactó un segundo rescate de casi 160.000 millones de euros, que se suma a los 110.000 millones del primer rescate de mayo de 2010.


Los temores de que Grecia se encamine a la bancarrota han sacudido a los mercados en los últimos días dado que el efecto contagio puede tener implicaciones incalculables sobre la economía de todo el planeta.


Entre las recientes medidas adicionales aprobadas por Atenas figura una ola de fusiones y cierres de mas de 500 organismos estatales y semiestatales este año que emplean a 70.000 funcionarios, muchos de los cuales pasarán al estado de "reserva" por un año y pocos de ellos volverán a ser contratados.


Además, a partir de octubre se impone un impuesto extraordinario sobre la propiedad inmobiliaria por 2 años que deberá ser abonado incluso por desempleados y minusválidos con la amenaza de cortarles la luz.


Grecia también está a la espera de que el Fondo Monetario Internacional (FMI) de vía libre a su parte del sexto tramo de 8.000 millones de euros del primer rescate de 110.000 millones.


Ese dinero es indispensable para que el Estado pueda cubrir gastos básicos como el pago de pensiones y salarios, ya que la liquidez griega no llega más allá de octubre.


Papandréu ha prometido que "con el cumplimiento total de las medidas, Grecia logrará "alcanzar un superávit primario que protegerá la economía griega, frenará el aumento de la deuda pública y reforzará las perspectivas de desarrollo del país".


Las nuevas medidas, que se suman a 20 meses de extrema austeridad, recortes de sueldos y pensiones, han suscitado la ira de los trabajadores, y los sindicatos han anunciado una nueva oleada de protestas en todos los sectores afectados.