DEBATE EN EL CONGRESO

Salgado recibe peticiones de dimisión del PP y se queja a Rajoy de falta de respeto

El duelo dialéctico en el Congreso entre la vicepresidenta económica, Elena Salgado, y el líder del PP, Mariano Rajoy, visto hoy por primera vez con motivo del debate de totalidad de los Presupuestos Generales del Estado de 2010, encendió a la bancada del Grupo Popular, cuyos diputados pidieron hasta en dos ocasiones la dimisión de la 'número tres' del Gobierno, a la que incluso llegaron a aplaudir algunas de las frases dirigidas a Rajoy.


"¡Dimite!", "¡Menudo papelón!" o "¡Qué nivelazo! fueron algunas de las expresiones que los parlamentarios del PP dirigieron a Salgado mientras ésta intentaba, entre continuos murmullos, defender el proyecto del Gobierno frente a un Rajoy que insistía en minusvalorar el papel de la vicepresidenta segunda en la política económica que lleva a cabo el Gobierno. Hasta el punto que incluso llegó a ignorarla al dirigirse únicamente a Zapatero durante sus réplicas.


Este gesto llegó a molestar a Salgado, que en unas de sus intervenciones censuró "la extraordinaria falta de respeto" que a su juicio había mostrado Rajoy, al que preguntó las razones por las que únicamente quería debatir con el presidente del Gobierno.


Y es que, según le recordó, "ha perdido ya diez veces", en referencia a los debates que sobre economía se han celebrado en la Cámara Baja en esta legislatura y desde el comienzo de la crisis económica.


"NO TENGO NADA EN CONTRA DE USTED".


"No tengo nada en contra de usted. No le responsabilizo a usted de la política económica, sino a Zapatero", le espetó en un momento determinado Rajoy, lo que cosechó los aplausos de sus compañeros de filas, que no cesaron en premiar a su líder a lo largo de todas sus intervenciones.


Los diputados del PP brindaron incluso esos aplausos a la vicepresidenta económica cuando Salgado, en su primera réplica, echó en cara al líder del principal partido de la oposición que fuera tan "previsible". Para Rajoy, al igual que para los diputados del PP, esa condición es un halago más que un insulto, pues lo que denuncia es que el Ejecutivo socialista es precisamente "imprevisible".


Esta sonora reacción ante la primera respuesta de Salgado provocó tal revuelo que obligó al presidente del Congreso, José Bono, a tener que interceder para que guardaran silencio.


CONSTANTES MURMULLOS.


A partir de ahí, los murmullos de una y otra bancada empezaron a ser constantes durante el tiempo en el que estuvieron debatiendo. Cualquier afirmación contundente que pronunciaba Salgado, como "las previsiones son ajustadas a la realidad", "para usted (Rajoy) no ha existido la crisis económica" o "la única reforma que no se ha hecho y que les gustaría es la del abaratamiento del despido", recibía los aplausos de los socialistas y los lógicos abucheos de la bancada de enfrente.


Lo mismo ocurrió cuando Salgado hizo alusión al menos en dos ocasiones a las, a su juicio, pocas posibilidades que Rajoy tiene para llegar a La Moncloa. "Parece que están más interesados en llegar a La Moncloa que en solucionar la crisis --les espetó--. Y no lo van a conseguir".


ste fue el primer debate presupuestario al que hizo frente Salgado como vicepresidenta económica del Gobierno socialista, un debate en el que los diputados 'populares' coincidieron en señalar que no sólo la habían visto "agarrotada y patética", sino que además ponían de relieve que estuviera "temblando" durante sus intervenciones y que incluso haya "perdido el hilo" en alguna que otra ocasión.