FERROCARRIL

Renfe encarga a su mejor negociador la estrategia para crecer y ser rentable en 2010

Juan Fernández, nuevo director general de Desarrollo Estratégico, se enfrenta a la liberalización del ferrocarril y a la transferencia de Cercanías a las comunidades autónomas.

El presidente de Renfe, José Salgueiro, ha encargado a Juan Fernández, uno de sus hombres de confianza y que en los últimos años ha atesorado enorme reconocimiento en el sector por su capacidad negociadora, la tarea de encarar la compañía a la inmediata liberalización del transporte por ferrocarril. Fernández, nombrado este martes Director General de Desarrollo Estratégico, un cargo de nueva creación en el operador, se enfrenta también al objetivo de hacer rentable la empresa antes de 2011.


Fernández, hombre de Renfe desde 1975, era hasta ahora director general de Mercancías y Logística y de Integria-Fabricación y Mantenimiento. Precisamente en estas dos secciones ha conseguido pactos con los principales fabricantes de trenes para que los talleres de Renfe, que agonizaban hace muy poco tiempo, tengan asegurada una enorme carga de trabajo. El nuevo 'número dos' de Salgueiro tiene por delante la difícil tarea de atraer a quienes se presenten en los próximos meses como competidores del operador público.


Y es que abierto al mercado el tráfico de mercancías -donde Renfe ya trabaja en asociación con sus competidores-, el plato fuerte llegará dentro de dos o tres años con la liberalización del transporte de viajeros. La Unión Europa aprieta, y mucho, para abrir las vías de todo el continente y la compañía española debe acelerar más que muchas antiguos monopolios europeos, que ya saben lo que es la competencia efectiva. Fuentes de Renfe explican que las referencias que manejan son el sector aéreo y de transporte de viajeros por autobús.

Patata caliente


Una las 'patatas calientes' que caerá en manos de Fernández será la transferencia Cercanías a las comunidades autónomas. Un tema espinoso que contemplan ya varios estatutos de autonomía. Las regiones que con más ahínco han mostrado su interés en hacerse con este servicio público (por cuya prestación Renfe recibe dinero del Estado cada año) son Cataluña, Madrid, Andalucía, Asturias, Aragón y el País Vasco.


Del mismo modo, a Juan Fernández le tocará dar la vuelta a los talleres del operador público para convertirlos en verdaderas industrias, así como dar continuidad al Contrato-Programa de Renfe. Este último es el pacto que define las relaciones, deberes y obligaciones entre el Estado y la compañía y que vence el 31 de diciembre de 2010. Quizá, en lugar de un sólo contrato programa la empresa termine contando con uno sellado con cada región.