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¿Quién da más por el dinero?

Las mejores ofertas de los bancos se quedan muy por debajo de la rentabilidad de los títulos del Tesoro. Las entidades financieras italianas renuncian este lunes a cobrar comisiones para apoyar a la deuda del país.

Imagen de archivo de la evolución de la prima de riesgo española
El Tesoro coloca 2.621 millones en obligaciones, pero sitúa los tipos en el nivel más alto desde 1997
EFE. JUANJO MARTÍN

La banca italiana no cobrará este lunes las comisiones habituales a los clientes particulares que compren títulos de deuda del país a través de su red de sucursales. Es su manera de contribuir a que aumente la demanda y ceda la extraordinaria presión que ejercen los grandes inversores sobre los bonos transalpinos, por cuya colocación tiene que pagar el Tesoro unas rentabilidades disparatadas, superiores al 7% en el plazo de diez años y al 6% en el de dos anualidades.


Aunque en España no se ha llegado tan lejos, los títulos del Estado suponen, ahora mismo, la más atractiva propuesta para los ahorradores. La última subasta de obligaciones a diez años se saldó a un tipo de interés del 6,98% -algo desconocido desde 1997, antes de la existencia del euro- y en la más reciente de letras a tres y seis meses se alcanzaron retribuciones del 5,11% y el 5,23% respectivamente.


Las entidades de crédito no pueden competir a ese nivel, por más que necesiten de la financiación de sus clientes. El Banco Central Europeo solo les presta a corto plazo y la desconfianza ha llevado a un práctico cierre del interbancario, donde los bancos se proporcionaban dinero unos a otros. En el mercado mayorista donde se abastecen bancos y cajas apenas hay dinero a un coste inferior al 5,5%. Por eso las mejores propuestas bancarias para los nuevos fondos aportados se quedan por debajo del 5%, y las que rondan ese nivel exigen cantidades elevadas -de 50.000 euros para arriba- o están vinculadas a otros depósitos de menor remuneración.Pagarés y otros productos

Bancos y cajas han ido cambiando, además, su oferta de productos de ahorro a plazo fijo porque el Banco de España se propuso el pasado verano desincentivar la guerra del pasivo, y elevó las aportaciones que las entidades españolas tienen que realizar al Fondo de Garantía (FGD) cuando el interés ofrecido por los depósitos supera determinados niveles. En los depósitos a 12 meses, por ejemplo, el techo está en el euríbor más el 1%. Quien paga más, resulta penalizado.


En la actualidad, solo las filiales de bancos extranjeros, como Banco Espirito Santo, y unos pocos nacionales -Oficina Directa, el portal en internet del Banco Pastor- mantienen la competencia en los depósitos de alta retribución. La respuesta del resto de las instituciones fue empezar a trabajar otras propuestas: en primera instancia, los pagarés, que están exentos de aportación al FGD, y, para ahorradores que no se plantean rescatar su dinero antes de tiempo, también los seguros.


Abundan las ofertas de pagarés que rentan entre el 3,5% y el 4%. El pagaré es un título de renta fija que convierte al inversor en acreedor del banco o caja. Pero aquí no opera el Fondo de Garantía de Depósitos, que asegura la recuperación de hasta 100.000 euros por titular y entidad, de manera que el verdadero soporte del dinero prestado es la solvencia de la institución emisora. Además, para rescatar antes de tiempo los fondos invertidos en un pagaré hay que acudir a venderlo en el mercado secundario, donde se negocian los títulos ya emitidos. Puede haber suerte, y que en el momento de la transacción el precio haya subido, pero en estos tiempos de turbulencias financieras lo normal es que haya bajado.


Si los pagarés se ofrecen para plazos medios -12 o 18 meses- los bonos que ahora ofertan bancos y cajas se extienden a periodos más largos. Es importante la confianza en la entidad que los emite, porque los tipos de interés resultan muy atractivos, al ir desde el 5% al 7%, pero, en caso de impago, el poseedor de un bono se incorpora a la lista de acreedores.La mejor opción

En este panorama, la alta rentabilidad que están alcanzando los títulos del Estado es una oportunidad de oro para los ahorradores, incluso para los más modestos, porque el importe mínimo de la inversión es de 1.000 euros. Las letras, bonos y obligaciones que emite el Tesoro se pueden comprar a través de las entidades bancarias, que aplican las correspondientes comisiones.


Un banco o caja suele cobrar el 0,35% del nominal en la suscripción, y otro 0,35% en la amortización, así como un 0,30% si se realiza un traspaso. A ello hay que sumar la cuota por mantenimiento de la cuenta que se decida utilizar.


Sale más barato operar directamente en el Banco de España, lo que requiere abrir una cuenta, que solamente servirá para este fin, en algunas de las sucursales que el instituto emisor mantiene en muchas capitales de provincia. También se puede operar a través de la web de la institución, lo que requiere el uso del certificado digital. Cada vez está siendo más utilizada la vía de internet, en Tesoro.es, que permite realizar las transacciones con certificado de usuario o de DNI electrónico.


Los títulos del Estado se pueden comprar también en el mercado secundario. En este caso, el intermediario financiero adquiere los valores al precio de mercado de ese momento, sobre el que carga la comisión. El mercado secundario es el que proporciona liquidez: si el inversor quiere deshacer la operación antes de que venza el plazo, tiene que acudir a él, y aceptar un precio de venta que probablemente será distinto.


Las letras del Tesoro se consideran "casi dinero". Se emiten a periodos muy cortos -de tres a 18 meses- y por el procedimiento del descuento. Esto quiere decir que al ahorrador se le descuentan los intereses ofrecidos en el momento mismo de realizar la compra.


Cuando vence el plazo, recupera la totalidad del importe nominal del título. Tanto en los bonos del Estado, que se emiten a dos, tres y cinco años, como en las obligaciones, con vencimientos a 10, 15 y 30 años, el interés fijado se abona mediante cupones anuales.