SOLUCIONES A LA CRISIS

París y Berlín piden planes nacionales y coordinación europea contra la crisis

Francia y Alemania propugnaron planes de relanzamiento económico "apropiados para cada país en función de su situación" y coordinados con el resto de la Unión Europea (UE), pero no alcanzaron un acuerdo para desarrollar un plan europeo conjunto de reacción contra la crisis económica.


Ambos países quieren que Europa entre en el "camino de la coordinación", declaró Sarkozy en una rueda de prensa conjunta al término de una reunión entre ambos que precedió al Consejo de Ministros franco-alemán y en la que el mandatario galo insistió en reiteradas ocasiones en que París y Berlín han encontrado "más convergencias que diferencias".


Alemania, que no quiere comprometer su situación de casi equilibrio presupuestario, entiende que los 32.000 millones de euros que ha movilizado para hacer frente a la crisis son suficientes, por lo que Merkel llamó a evitar toda "precipitación". Para la canciller alemana las informaciones sobre el alcance de las turbulencias económicas de las que se dispone a día de hoy "no son siempre fáciles" de interpretar y se corre el riesgo de confundir "acción y precipitación".


En el marco de la "coherencia" y la "coordinación" europea se refirió Sarkozy al plan que propondrá la Comisión Europea el próximo miércoles y que se espera ronde los 130.000 millones de euros, lo que representa el uno por ciento del Producto Interior Bruto del Conjunto de la Unión, plan en cuya elaboración Alemania y Francia han colaborado, dijo el mandatario francés.


Sarkozy, presidente en funciones del Consejo de la UE, subrayó que se ha reaccionado "conjuntamente" sobre las causas de las crisis financieras y añadió que Francia y Alemania comparten "el mismo análisis de la situación". Ambos países, afirmó el jefe del Estado francés, comparten la visión de que es necesario regular los fondos de inversión de riesgo ("hedge founds", en inglés) y controlar los paraísos fiscales.


Se pronunció además con determinación sobre la defensa de la industria europea y, en particular, del sector del automóvil. El jefe de Estado francés aseguró que una "economía moderna" no se sostiene exclusivamente en "finanzas y servicios" y mencionó la posibilidad de utilizar "medidas fiscales" para relanzar el sector.


Por otro lado, ambos mandatarios coincidieron en que una bajada generalizada del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) puede ser la respuesta apropiada para "ciertos países" pero no para Francia y Alemania, tras publicación en la prensa económica de que el gobierno británico planea reducir temporalmente este impuesto del 17,5 al 15 por ciento con carácter inmediato.


El presidente galo aseguró también que las decisiones alcanzadas hace diez días en Washington en la cumbre del G20 (como se conoce al grupo de países industrializados y emergentes) serán "efectivas" entre finales de marzo y principios de abril.


Además de la crisis financiera, la reunión sirvió para que ambos países analizaran asuntos como el Tratado de Lisboa, punto en el que ambos Estados comparten la "misma línea", y la innovación y la investigación como "corazón" del proyecto franco alemán.


Apostaron además por el binomio "medioambiente" y "crecimiento económico" como motor del desarrollo dentro de las medidas sobre energía y clima ya que la crisis puede suponer una "oportunidad" para desarrollar un crecimiento sostenible.


Otro de los asuntos encima de la mesa fue el de la defensa y la cumbre de la OTAN que tienen previsto coorganizar Francia, Alemania y la nueva administración estadounidense, liderada por el que será el próximo presidente de EEUU, Barack Obama.