EMPLEO

Los trabajadores de Pipelife intensificarán sus movilizaciones para reivindicar 104 empleos

Aprueban en asamblea realizar paros y huelgas y no negociar indemnizaciones, sino la viabilidad de la compañía.

Imagen de la asamblea de trabajadores de Pipelife Hispania, ayer en la sede de UGT Aragón en Zaragoza.
Los trabajadores de Pipelife intensificarán sus movilizaciones para reivindicar 104 empleos
ESTHER CASAS

Los trabajadores de Pipelife Hispania, empresa de tuberías plásticas que anunció la semana pasada el cierre de su planta zaragozana de Malpica y el despido de 104 trabajadores, aprobaron ayer en asamblea intensificar progresivamente sus movilizaciones para protestar contra la drástica medida y reivindicar sus empleos.

Decenas de empleados de Pipelife participaron en una reunión en la sede de UGT Aragón en la que los representantes del comité de empresa y de la Federación de Industrias Afines (FIA) de la central sindical explicaron cuáles son los pasos que se han dado desde que la dirección de la compañía anunció el cierre definitivo de la veterana fábrica y la consiguiente pérdida de 104 empleos. Los trabajadores dieron su visto bueno por amplia mayoría a las medidas de protesta acordadas. La primera, los paros parciales de dos horas en los tres turnos de la fábrica desde mañana lunes, día 18, hasta el viernes 22. A partir del lunes 25, las protestas serán más contundentes, huelgas de días enteros cuya fechas serán precisadas la próxima semana con la idea de que puedan ser convocadas con antelación suficiente. Después, si no hay acuerdo sobre nada, los dirigentes sindicales barajan otras medidas de presión, incluida la posibilidad de montar un campamento para llamar la atención sobre su situación.

"Seguiremos realizando acciones de protesta y no negociaremos indemnizaciones, que es la única opción que ha dado la compañía hasta ahora, sino la viabilidad de la empresa", señaló después de la asamblea de ayer Pedro Centeno, de FIA UGT. "Si al final hay que negociar las indemnizaciones porque no queda otra, se hará, pero antes hay que ver si existen otras opciones, como la continuidad o la venta de la planta", indicó también Centeno.

Los trabajadores de Pipelife y sus representantes sindicales están muy descontentos con la dirección de la compañía, que tras anunciar el cierre de la planta zaragozana -que ha dicho que no tiene vuelta atrás- solo ha puesto como interlocutor de los trabajadores a un abogado (Arturo Acebal), quien únicamente tiene la misión de negociar las indemnizaciones que acompañarán a los despidos. La decisión del cerrojazo fue tomada por la multinacional desde Viena, donde tiene su sede central, y la dirección de la planta de Malpica no tiene nada qué decir, por lo que no puede ser ahora un interlocutor válido.

Reunión con la dirección

Diez días después del anuncio del cierre, y por mediación del consejero de Industria del Gobierno de Aragón, Arturo Aliaga, un alto ejecutivo de Pipelife ha accedido a reunirse con la plantilla de Zaragoza mañana lunes para explicar su decisión. Después de recibir el viernes a representantes del comité de empresa primero y al director de la planta después, Aliaga gestionó una cita que tendrá lugar previsiblemente en la sede de Pipelife Hispania.

"El año pasado, en los planes de viabilidad de la empresa, la dirección de Pipelife dijo que solo había que aguantar hasta 2012 -año en el que esperan que el sector repunte- y que después no debería haber problemas", recordó Centeno. "Queremos saber cómo está la cosa ahora y si eso ha cambiado; saber si se puede alargar la vida de la empresa hasta esa fecha o, incluso, si se puede vender la planta a otra compañía", apuntó el dirigente de FIA UGT.

Arturo Aliaga ha reconocido haber realizado gestiones en estos años para poder vender la planta de Pipelife Hispania de Malpica, pero estas no han dado resultado. "Llevan tres o cuatro años perdiendo mucho dinero y han dicho que no pueden seguir con la actividad", dijo ayer el consejero. "En estos años he tenido contactos para ver si la venta era posible, pero el mercado se ha hundido para todos", lamentó el titular de Industria de la DGA.

Pipelife es una compañía participada en 'joint-venture' por las multinacionales Solvay y Wienerberger, de Bélgica y Austria respectivamente. Los trabajadores de la empresa de Zaragoza creen que estas dos firmas tienen capacidad para mantener sus empleos.