PLAN DE RECORTES

Retrasan la huelga de los empleados públicos

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La huelga de los empleados públicos contra el recorte sin precedentes de sus retribuciones (en un 5% de media) para 2010 se ha pospuesto del 2 al 8 de junio. El cambio obedece a que Comisiones Obrera y UGT eligieron fecha sin previa consulta con CSI-CSIF, tercer sindicato que firmó con la vicepresidenta primera Teresa Fernández de la Vega, el acuerdo de septiembre de 2009. Este pacto, ahora vulnerado por el ajuste, garantizaba el poder adquisitivo de estos trabajadores en la presente legislatura mediante un sistema de cláusulas de revisión salarial.

Otra razón alegada para la demora es que el 2 de junio es víspera de un "puente", lo que implicaría cinco días sin trabajar. La reducción repercutirá en 2,7 millones de trabajadores de las tres administraciones (Central, autonómicas y locales), incluidas las fuerzas de Seguridad del Estado. Los miembros del Ejército y los trabajadores de las empresas públicas no se verán afectados.

Malestar en CSI-CSIF

Responsables de CSIF-CSI expusieron también su malestar porque las asambleas informativas en los centros de trabajo y concentraciones ante las delegaciones del Gobierno se han fijado para el 20 de mayo. "Precisamente ese día se aprueban en Consejo de Ministros los decretos con los recortes, lo que restará protagonismo a esas primeras protestas. Nosotros habíamos propuesto el día 25. Así podíamos preparar los actos reivindicativos con tiempo suficiente y comunicárselo adecuadamente a los afectados", explicó un portavoz sindical.

Mientras tanto, las reuniones de las cúpulas de CC. OO. y UGT prosiguen y se abre paso la convocatoria de "una gran manifestación" para mediados del próximo mes.

La huelga general nunca ha estado presente en las declaraciones de los líderes de ambos sindicatos. A lo más que se ha llegado es a que el secretariado de Comisiones hablara el viernes de huelga general, en caso "de mantenerse y profundizarse medidas equivocadas e injustas como las propuestas" y siempre sería el resultado "de una convocatoria unitaria del movimiento sindical".

La manifestación permitirá a las dos centrales mayoritarias actuar con conocimiento de causa tras ver si el paro de los empleados públicos cuenta con el respaldo suficiente para considerarlo un éxito. Además, la convocatoria de una huelga general descarta que este tipo de protesta se pueda volver a utilizar en un plazo de tiempo corto y les dejaría atados de pies y manos si el presidente impone otros recortes, según resaltaron representantes sindicales.