La hoja de ruta

Los pensionistas y funcionarios, paganos del plan

Tras intensas negociaciones con la Unión Europea (UE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), Grecia ha cerrado un severo plan de austeridad para los próximos tres años. Un programa de ajuste fiscal con el que pretende evitar que el país entre en quiebra. Así lo reconoció el primer ministro, Yorgos Papandréu, quien pidió a sus compatriotas valentía para afrontar "sacrificios enormes, pero necesarios". La hoja de ruta pactada con la UE y el FMI pasa por un recorte adicional de gastos que rondará los 30.000 millones de euros, y que tendrá como mayores damnificados a funcionarios y pensionistas.

Los deberes autoimpuestos por Atenas son muchos y de difícil consecución, y no faltan las voces que alertan sobre una eventual revuelta social. La celebración del 1 de mayo, que se tornó violenta en las principales ciudades ante el descontento de los sindicatos, no ha sido más que el preludio de la huelga general convocada para el próximo miércoles. Se trata del tercer paro general en tres meses, en una sociedad poco acostumbrada a la austeridad y que no termina de aceptar la situación.

Poco después de anunciar las grandes líneas del programa de ajuste, la gran central sindical de funcionarios públicos griegos (Adedy) llamó a los trabajadores a "bloquear" las medidas "antisociales" anunciadas por el Gobierno. Según la formación, el esfuerzo planteado por Papandréu "conduce a la pauperización de la sociedad" y "hace que los ricos sean más ricos y los pobres, más pobres". En la misma línea, pese a encontrarse en el otro lado del espectro político, el jefe del gran partido de oposición Nueva Democracia, Antonis Samaras, acusó al Gobierno de sumergir al país "en el círculo vicioso de la recesión". El primer ministro llamó a los griegos a "dar una muestra de un nuevo patriotismo y de conciencia colectiva", y reclamó a los diputados a dar ejemplo renunciando a dos meses de sueldo.

Grecia se ha comprometido a reconducir su déficit (13,6% en 2009) hasta el 2,6% del Producto Interior Bruto (PIB) en 2014. Por otra parte, la deuda pública, el gran lastre de la economía helena, será del 133,3% del PIB en 2010, alcanzará un pico del 149,1% en 2013 y comenzará a disminuir en 2014, cuando marcará 144,3%.

Este titánico esfuerzo tiene un hándicap añadido, y es que la recesión en la que vive el país complica cualquier plan. Las previsiones oficiales detallan una caída de la economía del 4% este año. Las proyecciones del equipo de Papandréu para 2011 indican una caída del PIB de 2,6%, aunque para 2012 se espera un crecimiento del 1,1%.

La parte del león del ahorro griego (7.800 millones) vendrá del sector público. Los funcionarios perderán dos meses de sueldo (las pagas 13ª y 14ª), aunque los salarios inferiores a 3.000 euros anuales contarán con una prima de 1.000 euros. También se suprimen dos meses en las pensiones, tanto en las de funcionarios jubilados como en las privadas, con un apoyo de 800 euros para aquellos que reciban menos de 2.500 euros al año.

Horas extra

Las inversiones públicas se recortarán en 1.500 millones y el propio Estado se apretará el cinturón del gasto en otros 1.000 millones. El Ejecutivo griego aseguró que se congelará el sueldo durante tres años. En el ámbito privado está previsto que se rebaje el coste de las horas extra.

El plan prevé también modificaciones de la ley laboral para facilitar los despidos y pasar a un sistema de libre competencia profesiones protegidas. Se reformarán las pensiones para postergar hasta los 65 años la edad legal de jubilación de las mujeres de aquí a 2013. Y también se aumentará el tiempo de cotización para el cálculo de las pensiones, que pasará de 37 años a 40 en 2015. Además, se instaurará una edad mínima de jubilación a los 60 años.