TRAS EL PORTAZO DEL GOBIERNO ALEMÁN

Los 'länder' mantienen su compromiso con Opel

Los estados federados alemanes con plantas de Opel se resignaron este jueves a buscar en solitario una solución para el rescate del fabricante automovilístico, mientras la canciller Angela Merkel aceptaba el rechazo de su socio de coalición liberal a aportar las ayudas públicas solicitadas por General Motors.


Los líderes de los Länder con plantas de Opel salieron de su reunión con Merkel con las manos vacías, en lo que a recursos se refiere, y comprometidos a estudiar alternativas, un día después de que el ministro de Economía, Rainer Brüderle, rechazara la petición de avales por valor de 1.100 millones de euros.


La cita en la Cancillería se había convocado tras fuertes rifirrafes entre el Partido Liberal (FDP) del ministro y Merkel, quien ayer había respondido al pronunciamiento de su ministro, declarando que no se había dicho la última palabra al respecto.


En medios alemanes se habían desataron las especulaciones acerca de un hipotético plan B, que habría implicado al ministro de Finanzas, Wolfgang Schäuble, correligionario de Merkel, lo que habría supuesto entrar en una clara línea de confrontación entre las filas cristianodemócratas de la canciller y su socio liberal.


En lugar de eso, horas después de la cita en Cancillería, Merkel admitió, en una conferencia de prensa asimismo con representantes de los Länder para hablar de fondos de Educación, que no hay posibilidades de una participación directa de su Gobierno en Opel.


"El Gobierno federal no puede asumir nuevos compromisos en esa cuestión", afirmó la canciller, lacónicamente, después de que el día anterior hubiese abierto esas expectativas y admitido división de opiniones en su coalición respecto a la línea de Brüderle.


El líder del FDP, vicecanciller y ministro de Exteriores, Guido Westerwelle, había salido este mismo jueves en defensa de su ministro, asegurando que había procedido correctamente y afirmado que General Motors, tiene liquidez y no compete, por tanto, cargar los costes del rescate al contribuyente.


En términos parecidos se pronunció el secretario general del FDP, Christian Lindner, al afirmar que la "pelota está ahora en el tejado" de Merkel y que a ésta correspondía resolver la situación.


Mientras la canciller y sus socios sumaban así un nuevo disenso -a añadir a los múltiples diferencias persistentes, tanto en materia fiscal como sanitaria-, los cuatro líderes de los "Länder" afectaron salieron de la reunión resignados a tener que actuar en solitario.


"Estamos todos amargamente decepcionados", dijo el jefe del gobierno de Renania-Palatinado, el socialdemócrata Kurt Beck, tras explicar que la cita había concluido sin que se alcanzara acuerdo alguno para apoyar a Opel con la ayuda del Gobierno de Berlín.


Su colega de Renania del Norte-Westfalia, el cristianodemócrata Jürgen Rüttgers, subrayó la coincidencia de los cuatro "Länder" en cuanto a su disposición a seguir negociando con Opel y GM.


Ambos líderes, como sus colegas de Turingia y Hesse, apuntaron a la existencia de "otras posibilidades" e instrumentos "a estudiar" para ayudar a Opel en su proceso de reestructuración, aunque no ofrecieron detalles sobre esas alternativas.


Hasta ahora, se partía de la base de que el reparto iba a quedar en un 46 por ciento para Berlín, un 29,1 para Hesse -donde está la central de Opel- y el resto a asumir por los otros Länder.


Hasta dónde están dispuestos a subir su porcentaje los Länder es algo que deberá concretarse todavía, mientras que desde Opel se mantiene, hasta ahora, el plan de suprimir 8.300 de los 48.000 puestos de trabajo en Europa.


"Sé que hay muchos puestos de trabajo en peligro pero como ministro de Economía tengo que defender los principios de la economía social de mercado y ayudas a Opel hubieran distorsionado la competencia", dijo Brüderle, ayer, al dar a conocer la decisión.


Sin embargo, para el ministro prevalece el hecho de que, según dijo, GM dispone de una liquidez de por lo menos 10.000 millones de euros y puede sanear a Opel por sus propios medidos.


Además, la ayuda solicitada por Opel debía salir de un fondo especial para empresas afectadas por la crisis financiera y los problemas del fabricante de automóviles tiene un origen distinto.


El futuro de las plantas -de Opel quedó así de nuevo en suspenso de futuras decisiones, mientras Merkel tuvo que encajar un otro disenso flagrante con sus socios, mientras los medios anotan las subidas de tono de esos desencuentros, en que se han cruzado hasta insultos, según revelaba estos días el diario 'Bild'.