FINANZAS

Los expertos confían en que las fusiones interregionales atenúen el impacto de la crisis

El desequilibrio entre créditos y depósitos se ha multiplicado por doce en seis años. Baleares, Canarias, Andalucía y Murcia, comunidades donde la deuda ha crecido mucho más que el ahorro.

La crisis financiera tendrá un impacto regional diferenciado, lo que explica que entre los proyectos que están ahora mismo sobre la mesa o en la cocina con vistas a operaciones de rescate destaquen las fusiones interterritoriales. Mientras el Banco de España recaba información complementaria de los bancos y cajas, un dato se impone. Cuando se desencadenó la fase crítica de la tormenta, al producirse la quiebra de Lehman Brothers en septiembre del pasado año, el negocio típico bancario, el de prestar y tomar dinero, arrojaba un saldo notablemente desequilibrado en las comunidades insulares, Andalucía, Murcia, la Comunidad Valenciana y Cataluña. Allí donde el crédito ha crecido mucho más que los depósitos las dificultades se acentúan, porque la morosidad se dispara, y captar dinero sale ahora infinitamente más caro.


Advierte de esta situación un estudio de los profesores Santiago Carbó, José Manuel Mansilla y Francisco Rodríguez, publicado por la Fundación de las Cajas de Ahorro. A 30 de septiembre del pasado año, el crédito concedido por las entidades españolas superaba en 34.911 millones de euros a los depósitos atesorados, y ese diferencial había aumentado en un 45% en menos de dos ejercicios. Sin olvidar que, en el plazo de seis años comprendido entre 2002 y 2008, el desfase se multiplicó por 12. El parón de los préstamos habrá suavizado algo la distancia en los meses recientes, pero lo más significativo del análisis es la brecha abierta entre los diferentes territorios.


En 2002, los créditos y los depósitos bancarios estaban muy igualados hasta el punto de que, para el conjunto de España, los primeros apenas superaban en 2.915 millones a los segundos, lo que suponía una relación del 1,08%. En aquel ejercicio había comunidades donde la 'hucha' atesorada en bancos y cajas superaba al importe del dinero prestado. En Aragón, Asturias, Extremadura, Galicia, Madrid, Navarra y el País Vasco, así como en Ceuta y Melilla, los depósitos acumulados superaban a los créditos.


Sector inmobiliario


Seis años después, y con datos del tercer trimestre de 2008, la deuda bancaria desborda claramente al ahorro en todas los territorios. Y en cuatro autonomías, Baleares, Canarias, Andalucía y Murcia, la cifra de créditos vivos duplica a la de depósitos. En Cataluña y la Comunidad Valenciana el endeudamiento es equivalente a 1,8 veces los fondos atesorados. En el extremo opuesto, la relación está bastante próxima al equilibrio en el País Vasco (1,19), Madrid y Asturias (1,28).


Explican los autores que el incremento del precio de la vivienda y unos niveles de tipos de interés reales reducidos han disparado el endeudamiento de las regiones españolas con carácter generalizado. Pero donde más se ha dejado sentir esta evolución ha sido allí donde el sector inmobiliario ha crecido con mayor intensidad, es decir, en los archipiélagos, el sur peninsular y el arco mediterráneo.


Ya en la recta final de 2008, la profunda caída de la actividad de la construcción de viviendas, la reducción progresiva de los precios de los inmuebles, así como el impacto de la crisis en el empleo, empezaron a provocar una drástica reducción tanto de la demanda de crédito como de la calidad de los peticionarios. En paralelo, la extensión de la desconfianza en los productos de inversión más complejos generó el desplazamiento de los ahorradores hacia los depósitos bancarios. Pero las bases del desequilibrio ya estaban sentadas, y la morosidad empezó a trepar entre los endeudados.


Los principales efectos asimétricos que la crisis tendrá a escala regional van a depender -según el estudio- de la magnitud de los desequilibrios que presentaba el sector inmobiliario antes del desplome, de las diferencias entre las tasas de desempleo regionales y de la capacidad de generar oportunidades de empleo e inversión en sectores distintos de la vivienda.


Las cajas, protagonistas


Con independencia de la localización, el trabajo pone de manifiesto el protagonismo de las cajas de ahorro en la expansión del crédito, donde ya representan el 51,72% del total, frente al 40,41% de los bancos y el 7,87% de las cooperativas de crédito. El presidente de la Confederación, Juan Ramón Quintás, atribuye el aumento de cuota (desde el 47,53% en que se situaban en 2002) a la apuesta de las cajas por acercarse a la población inmigrante. Pero lo cierto es que estas entidades de ahorro han sabido mantener su prevalencia en la captación de depósitos, donde su participación ascendía al 54,24% en 2008.


Este análisis se convierte en una pieza más, aunque significativa, de cara a los planes de rescate bancario. La implantación regional es el punto fuerte de las cajas de ahorro medianas y pequeñas, y bastante menos de las grandes. También es relevante para algunos bancos medianos, mientras que el negocio de los grandes se extiende por todo el territorio y además cuenta, y mucho, la internacionalización.


Por eso, los diseños de un futuro mapa bancario ponen el foco en la combinación de entidades -cajas de ahorros medianas y pequeñas, sobre todo- de diferentes territorios. En la suma se pueden compensar desequilibrios sin incurrir en la duplicidad de redes.