PARA ALGUNAS COSAS, SIEMPRE HAY DINERO

Los españoles gastan un 3,3% más en loterías, pese a la crisis

Lejos de impulsar el ahorro, parece que la crisis ha animado a los españoles a gastar más dinero en la lotería y los juegos de azar, cuyas ventas han subido el 3,3 por ciento en los seis primeros meses del año.


Según los datos de Loterías y Apuestas del Estado, entre enero y julio, cada español ha gastado 93,12 euros en los juegos gestionados por este organismo, dos euros más que hace un año.


El mayor gasto por habitante se lo lleva la Lotería Nacional, con 42,5 euros por cabeza, seguido de La Primitiva (21,12 euros), el Euromillones (10,85 euros), La Quiniela (7,21), la Bono Loto (6,79) y el Gordo de la Primitiva (4,34 euros).


En comparación con el primer semestre de 2007, los juegos que más han crecido en ventas son el Euromillones (18 por ciento más), La Quiniela (6,6) y el Gordo de la Primitiva (6,2).


No obstante, entre los juegos gestionados por el Estado, la lotería navideña -que se puede comprar desde el pasado 7 de julio- es, sin duda, la preferida de los españoles, la que más premios reparte y la más tradicional.


Para este año, Loterías y Apuestas del Estado emitirá boletos por valor de 3.315 millones de euros, el 5,4 por ciento más que en 2007, ya que el número de series crecerá de las 185 de 2007 a las 195 de este año.


Sin embargo, aunque los juegos y loterías que gestiona el Estado son un negocio lucrativo, siguen estando muy lejos de los ingresos que consiguen los privados como el bingo o los casinos.


De hecho, según datos del Ministerio del Interior, los españoles se dejan unos 416 euros anuales entre el bingo, el casino y las máquinas tragaperras, más del doble de lo que gastan en juegos del Estado (en un año).


Para el profesor de Sociología de la Universidad Carlos III de Madrid Roberto Garvía, el juego y las motivaciones económicas o sociales tienen una relación directa, pero, al contrario de lo que se piensa, los optimistas son los más predispuestos a jugar, frente a los que tienen una percepción más negativa de su futuro, que son más reservados ante los juegos de azar.


En su libro "Loterías. Un estudio desde la nueva sociología económica", Garvía incluye una encuesta que refleja que los parados que juegan y apuestan lo hacen al margen de su situación, mientras que entre los ocupados tienen más propensión al juego los que creen que van a mantener su puesto de trabajo frente a los que piensan que lo van a perder.


Garvía explica que, frente a otros países, España parece ser una sociedad con bajos niveles de confianza interpersonal y, por tanto, poco propenso a jugar o apostar en grupo, si bien el propio autor matiza que la lotería navideña es una excepción en el comportamiento de los españoles, "dada su manía obstinada a intercambiar, compartir y repartir participaciones" de ese sorteo.


En España, apunta este autor, el cincuenta por ciento de los jugadores regulares de lotería comparte su billete con otras personas, un porcentaje que en Navidad sube hasta el 73 por ciento.