CRISIS EN EE.UU.

Los economistas se muestran escépticos sobre el impacto que tendrá la devolución de impuestos

El Gobierno y el Congreso acordaron devolver a los contribuyentes 100.000 millones de dólares para reactivar la economía de EE.UU., aunque varios analistas y expertos aseguran que la medida no tendrá el impacto esperado.

El Gobierno y el Congreso acordaron devolver a los contribuyentes 100.000 millones de dólares para reactivar la economía de EE.UU., aunque varios analistas y expertos aseguran que la medida no tendrá el impacto esperado. El Congreso todavía no se ha pronunciado sobre el pacto que anunciaron esta semana el secretario del Tesoro, Henry Paulson, y la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, en medio de alarmas sobre la posibilidad de que EEUU entre en una recesión.


La propuesta permitirá a un total de 117 millones de familias recibir de una sola vez, en forma de devolución de impuestos, unos 100.000 millones de dólares. La mayoría de las personas que pagan impuesto sobre los ingresos recibirá 600 dólares; las familias recibirán 1.200.


Los trabajadores que ganan por lo menos 3.000 dólares mensuales pero no pagan impuestos sobre los ingresos recibirían cheques de 300 a 600 dólares, y en ambos grupos las familias recibirían 300 dólares por cada niño. "Esta medida no marcará mucha diferencia (en la marcha de la economía)", opinó Bill Kristol, director de la revista conservadora Weekly Standard, supuestamente un bastión de la austeridad fiscal. "Pero tampoco hará mucho daño", añadió. "El déficit fiscal no es demasiado grande, y la gente tendrá un poco de dinero. Políticamente es una situación en la cual la Casa Blanca sale ganando de todos modos".


Kimberley Strassel, miembro de la junta editorial del diario The Wall Street Journal, describió el pacto como "la claudicación económica de Bush". "El paquete con sus devoluciones de impuestos para la clase media y beneficios para las empresas, probablemente no ayudará a la economía", añadió.


El editorial de The Wall Street Journal señaló el viernes que "quizá lo mejor que puede decirse de estas piruetas de los políticos es que no harán mucho daño".  No es la primera vez que la Administración Bush recurre a una devolución de impuestos para contrarrestar una recesión económica: la medida se aplicó en 2001 cuando los contribuyentes recibieron cheques de entre 300 y 600 dólares.


La mayoría de los consumidores de ingresos bajos y medios gastó el dinero en cosas que realmente no necesitaban pero sí querían: televisores de pantalla grande, ropas, viajes, restaurantes.


Los consumidores de ingresos más altos, sin embargo, usaron el dinero para pagar deudas o lo ahorraron. Los economistas Joel Slemrod y Matthew Shapiro, de la Universidad de Michigan, recordaron hoy que solo el 22 por ciento de los contribuyentes gastó en consumo la mayor parte de los tributos devueltos en 2001 y eso representa un estímulo significativo para la economía. "Los consumidores usan más los cheques de devolución de impuestos para ahorrar el dinero o para pagar las deudas que para irse de compras", señaló Slemrod.


Además de las devoluciones directas a los contribuyentes, dentro del pacto, las empresas recibirán unos 50.000 millones de dólares en desgravaciones fiscales, especialmente en la adquisición de equipos, de las que se podrán deducir un 50 por ciento. "Pero tales incentivos fiscales para la inversión empresarial han tenido efectos modestos", comentó Shapiro. "La vasta mayoría de la inversión empresarial no se benefició demasiado".


Un informe de la Oficina de Presupuesto del Congreso señaló que "la mayoría de los estudios sobre las modificaciones tributarias puramente temporales, que se aplican por una vez, sugiere que tienen un efecto, a lo más, moderado sobre el consumo de los hogares. Eso se debe a que tales cambios tributarios tienen un efecto pequeño sobre la riqueza de la familia".


Silliam Niskanen, presidente del Instituto Cato, una organización que aboga por reducir el papel del Estado en la economía, advirtió que "las devoluciones de impuestos son un intento fútil de lograr la estabilización y aumentarán el déficit fiscal".


"La mayor parte (del paquete) no tiene sentido económico", añadió. "Las políticas gubernamentales deben juzgarse por sus efectos sobre los incentivos para trabajar, ahorrar, invertir y aumentar la productividad y la producción. Este paquete de estímulo fiscal logrará casi ninguno de esos propósitos".