LA INDUSTRIA AUTOMOVILÍSTICA

Los coches 'made in USA', en buena racha

Hace un año, fabricantes como GM y Chrysler se habían declarado en bancarrota y sin embargo, ahora, las ventas florecen, las ganancias suben como la espuma y el prestigio se va recuperando.

Imagen de archivo de un concesionario de General Motors en Santa Mónica (Los Ángeles).
Los coches 'made in USA', en buena racha
AFP PHOTO

Hace un año la industria automovilística en EE. UU. estaba ante el precipicio. Dos de los grandes fabricantes, GM y Chrysler apenas levantaban cabeza y tras años de despilfarros se declararon en bancarrota. ¿Y qué pasa ahora? Las buenas noticias no dejan de llegar. Las ventas florecen, las ganancias suben como la espuma y el prestigio se va recuperando.

Los vehículos "made in USA" antes tenían mala reputación, pero en la actualidad han vuelto a ganar prestigio en el mercado por su calidad. Y por primera vez son los propios estadounidenses, clientes de los nuevos vehículos, los que están más satisfechos en su conjunto con los coches fabricados en el país, según se desprende de una encuesta a 82.000 compradores. Unos datos que corroboran que la industria automovilística estadounidense está viviendo un giro de 180 grados, como si la bancarrota que casi rozaron GM y Chrysler hace un año hubiese sido tan solo una tormenta, que la anquilosada industria necesitaba urgentemente. Ford ha sido la única que ha podido superar las turbulencias sin ayuda.

Liberados de cargas del pasado y dotados con fuertes inyecciones económicas que puso sobre la mesa el presidente de EE. UU., Barack Obama, procuró una grandiosa recuperación sobre todo a GM, que había sido el mayor fabricante del mundo de vehículos. El director del grupo, Ed Whitacre, ajeno al sector, se deshizo de Saab, Hummer, Pontiac y Saturn que aportaban pérdidas a las cuentas, fue desmontando las deudas, despidió a los directivos ineficaces y consiguió volver a recuperar la confianza de los clientes.

En los primeros cinco meses aumentaron las ventas en EE. UU. un 15%. Algunos modelos como la distinguida limusina Buick LaCrosse o el imponente todoterreno Chevrolet Traverse y GMC Acadia tienen tal demanda en este momento, que Whitacre ha suspendido las dos semanas de pausa habituales en las factorías estadounidenses.

Y ha sido esa suspensión de pagos lo que ha permitido una recuperación tan rápida. El gobierno estadounidense separó sin contemplaciones los sectores viables de los que no lo eran dentro de GM y Chrysler. Ahora son los propietarios y los acreedores los que tienen que lidiar con las fábricas viejas o el personal que sobra. Ellos son los perdedores de toda esta operación. Sin embargo, el contribuyente puede confiar en que va a recuperar gran parte de lo invertido en la salida a bolsa de 'New GM' y 'New Chrysler'.

Y eso que Chrysler, a pesar de todos los pequeños logros, sigue considerada como una empresa en la cuerda floja. Aún cuando las ventas han ido creciendo con cierto retraso (un 8% por ciento desde principios de año) y en el horizonte se vislumbran ganancias, faltan modelos nuevos para que el éxito se prolongue. Muchos de sus vehículos siguen dotados de una técnica que proviene de cuando la empresa estaba unida a Daimler, de la que se separó en 2007.

El nuevo socio es Fiat, lo que en el sector ha suscitado dudas. Los italianos quieren reconducir la senda de Chrysler con su tecnología de pequeños vehículos. Pero el primer modelo llegará al mercado como muy pronto a finales de 2011. Y aún está por ver cómo se vende, pues los estadounidenses han vuelto a comprar coches grandes. Y hasta Ford vende más los vehículos que más combustible consumen. Ford superó bien la crisis gracias a que comenzó a tiempo el saneamiento de la empresa y a los modelos compactos desarrollados en Europa.