CRISIS ECONÓMICA

Las ventas de remolques se desploman un 70% en 2009 y dejan al sector bajo mínimos

Los fabricantes de remolques y semirremolques han cerrado el peor año de su historia. Los datos de matriculaciones en 2009 arrojan la mayor caída que han vivido con un descenso del 67,60%, que el sector califica de "desplome". Unos puntos por encima de la media han quedado las tres empresas que lideran el sector en España, Lecitrailer, Schmitz Cargobull y Leciñena, todas instaladas en Zaragoza. La crisis que se arrastra desde hace dos años ha terminado en regulaciones de empleo que han destruido unos 500 empleos solo en estos tres fabricantes.


El total de vehículos matriculados ha bajado a 4.932 unidades, una cifra muy lejana del récord que se batió en 2007 con 21.215, según los últimos datos de la patronal Asfares. Julio Viartola, secretario general de la asociación de fabricantes, reconoce que el récord que se batió hace tres años "estaba muy por encima de lo que tenía que haber sido", ya que una cantidad adecuada para España serían unos 15.000 vehículos anuales. Sin embargo, el ajuste actual ha llevado a cifras de la crisis de 1993. A diferencia de entonces, Viartola asegura que la recuperación será más larga. En este bache, al sector se le han sumado "tres crisis", afirma. Por un lado, la financiera, que ha cerrado el grifo del crédito a un sector que la banca considera de "alto riesgo" por su vinculación con el transporte y la construcción. Las otras son consecuencia de la caída de estas dos últimas actividades. Viartola cree que han pinchado tres burbujas, la económica, la inmobiliaria y la que existió en el transporte en los mejores años de bonanza, que llevó a multiplicar el número de transportistas. "Si solo hubiera sido una crisis económica habríamos bajado un 50%", calcula.


La caída fue mayor el pasado año en los vehículos de carga general, tras dos de descensos en los basculantes que transportan los materiales de construcción.

 

El 40% del sector, en Aragón

 Lecitrailer, Schmitz Cargobull y Leciñena, que suman el 41,76% del sector, coinciden en que no esperaban una caída tan brusca del mercado, del mismo modo que no creían "normales" las cifras que se alcanzaron en 2007. "Desde septiembre de 2008 los pedidos fueron a menos, pero teníamos mucha cartera acumulada de 2007", explican desde Lecitrailer. Los responsables de la planta instalada en el zaragozano barrio de Casetas recuerdan el récord de hace tres años, de 8.200 vehículos. El pasado año solo matricularon 1.024 unidades aunque la producción total (incluida la exportación) se situó en 1.700. El 37% de sus remolques se exportan a Francia, Italia y el Magreb, principalmente. Su objetivo es seguir abriendo mercados exteriores, donde la caída ha sido menor (un 40% en Europa) para compensar la debacle nacional.

 

Competencia feroz

"Tienes que coger de todo para hacer lo poco que hay", reconocen desde Lecitrailer y en ello coinciden sus competidores y vecinos. Nadie dice que no a vehículos que antes rechazaba y hay abierta una "guerra de precios", apunta Luis Bonasa, director de márquetin de Schimtz Cargobull Ibérica. La planta de Figueruelas ha pasado de 2.390 vehículos en el año del récord a los 450 con que espera cerrar su ejercicio en abril. El fabricante alemán llegó a Zaragoza en el 2002, cuando el sector solo esperaba crecimientos. Ahora asegura que "seguimos apostando por España", aunque haya paralizado su proyecto para construir una nueva planta en la provincia.

 

También ha congelado sus planes de crecimiento pero está decidida a resistir a la crisis la veterana Leciñena. "La caída ha sido demasiado drástica en poco espacio de tiempo", explica María Leciñena, consejera delegada de la compañía. Este año ha caído un 69% y ha pasado de 1.465 vehículos a 453. Su proyecto de trasladarse a La Muela para duplicar el espacio que tienen en la actualidad en Utebo espera el final de la crisis. "Hemos llegado a niveles mínimos", confiesa la empresaria, que ha reducido su plantilla casi a la mitad, hasta el centenar de empleados actuales. "Los bancos se han cerrado en banda. Es una lucha diaria de nuestros clientes porque miran con lupa las operaciones, hasta de una unidad", afirma.


"Lo peor ha pasado pero ha sido tan fuerte la caída que será difícil recuperarse", cree Bonasa, que calcula que pasarán tres años hasta volver a la barrera de los 15.000. "2010 será difícil pero esperamos que a finales de año empecemos a ver la luz al final del túnel", añade, con más esperanza, Leciñena. Viartola augura ajustes y desea que el sector salga del fondo en el que está. Para ello, pide incentivos a la renovación del parque.