LA CRISIS DE OPEL

Las auxiliares temen más ajustes tras el realizado ya por la caída de producción

El sector calcula que por cada empleo que se pierde en Figueruelas se destruyen cuatro en sus proveedores. Los sindicatos, más cautos, dicen que desaparecerán 800 empleos

La decisión de GM de vender el 55% de Opel al consorcio austriaco canadiense Magna pesa también como una losa sobre las empresas que proveen a la planta de Figueruelas.

 

Aunque mantienen la prudencia y no quieren lanzar cálculos precipitados sobre el efecto negativo que tendría sobre el empleo de las auxiliares de automoción el plan presentado por el nuevo inversor, sobre estas industrias planea un temor. Según los cálculos realizados por el sector, por cada empleo que se pierde en la planta zaragozana de General Motors, desaparecen cuatro puestos de trabajo en las firmas auxiliares.

 

Dicho de otro modo, si Magna pone en práctica el tan criticado -y escueto- plan industrial que presentó a finales de julio, la reducción de los 1.672 empleos previstos para Figueruelas se traducirían en unos 6.000 empleos en sus proveedores aragoneses.

 

Pero hay matices. Los explicó David Romeral, director gerente del Cluster de Automoción de Aragón. Romeral recordó que las auxiliares ya han sufriendo el impacto de la reducción de pedidos desde el pasado mes de octubre y noviembre. Entonces ya se vieron obligadas a reducir su mano de obra -vía no renovación de contratos o con ERE de extinción- para adaptar su producción a la fabricación de los 360.000 vehículos que estaba previsto salieran de la planta de Figueruelas este año. "Evidentemente, por lo que se conoce hasta ahora si la decisión de Magna es reducir a 332.000 la producción de la factoría zaragozana, habrá un nuevo impacto adicional, pero será menor y todavía no está calculado", señaló Romeral.

 

El director gerente del cluster reconoce que el "miedo" de las auxiliares es que "el nuevo Corsa no se fabrique aquí". Y es que, si el plan de Magna termina por suponer la desaparición de una de las dos líneas de producción de Figueruelas -la que fabrica el Corsa- el "impacto sería inmediato y muy negativo para las industrias que solo fabrican componentes para este modelo", adviertió.

Un fabricante de componentes

Que Magna sea un fabricante de componentes no añade excesiva preocupación a las industrias aragonesas, al menos en el corto plazo. Romeral destaca que el nuevo inversor apenas tiene presencia en España y, de momento, es muy importante que el proveedor este cerca de la planta de ensamblaje. "Otra cosa será que a largo plazo, dado que Rusia es el mercado con mejores expectativas de venta, el nuevo propietario de Opel decida trasladar su negocio y con el las auxiliares hacia el Este", explica el director del cluster que matiza que esta es una preocupación "a largo plazo".

 

UGT también ha sacado cuentas. El secretario general de Metal, Construcción y Afines (MCA) de UGT, Luis Tejedor, señaló ayer que los cálculos "cotejados y más prudentes" elevan a 800 los empleos directos que podrían perderse en las auxiliares. Y detalló dicho calculo. Destacó que en estos momentos hay unos 3.200 trabajadores en estas industrias que dependen directamente del Corsa. Si Magna recorta el 20% de la producción de este modelo, desaparecerán en los proveedores unos 700 trabajadores, a los que habría que sumar otro centenar directos de logística y transporte. Sería, indicó Tejedor, el efecto más inmediato al que habría que sumar otros muchos empleos indirectos todavía por cuantificar.

 

Tejedor advirtió además que dados los estrechos márgenes con los que se trabaja, si se reduce en un 20% los pedidos y las empresas ven caer en ese mismo porcentajes la facturación "muchas no tendrán ninguna viabilidad".

 

Desde la federación del Metal de CC. OO. prefierieron "esperar acontecimientos" antes de precipitarse en lanzar cifras, aunque temen, como ya adelantaron en junio, que el impacto en las auxiliares supere los 3.000 empleos.