Las agencias de viajes aragonesas estudian emprender acciones legales contra AENA (Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea) por las importantes pérdidas económicas que les ha acarreado el conflicto de los controladores durante el puente festivo. Han convocado una reunión para el próximo jueves en Zaragoza, donde decidirán qué tipo de medidas tomarán, aunque de acuerdo a las primeras valoraciones podría tratarse de una demanda.

Según explicó el presidente de la Asociación de Agencias de Viaje Aragonesas, Jorge Moncada, el sector ha decidido dar este paso ante la "catastrófica" situación vivida estos días. El puente de la Constitución y de la Inmaculada es, junto al de Semana Santa, el más importante del año y puede suponer incluso el 20% del volumen de negocio anual de algunas agencias más pequeñas.

"Todavía no se han valorado las pérdidas, pero ha sido la ruina para nosotros. Todo lo que hemos trabajado, lo hemos perdido. AENA es la responsable de esta situación", denunció ayer el portavoz de la asociación, que no descartó sumarse a otras posibles acciones que la federación nacional de agencias de viajes puedan plantear en los próximos días. "Esto lo hacemos desde Aragón, tendremos que ver lo que hacen a nivel nacional", señaló Moncada.

Desde que comenzó el bloqueo aéreo el viernes por la tarde, todos los comerciales han intentado resolver los problemas de sus clientes, cancelar sus reservas y recuperar si no todo, parte del dinero.

Mientras los hoteleros españoles son conscientes de los problemas que se han generado, en el extranjero las negociaciones no son tan sencillas. "Y, ahora, tenemos que ver cómo devolver el dinero, hablar con los proveedores... Es todo un lío", apuntó Moncada.

En estos momentos, son los clientes que concertaron sus vuelos a través de las agencias de viajes los que más fácil tienen la tramitación, ya que los que compraron sus billetes por internet tienen más complicado recuperar el dinero.

"La verdad es que en situaciones como esta la agencia de viajes te da más garantías", apostilló Moncada el sábado, cuando se encontraba en plena vorágine de cancelaciones de reservas y llamadas de sus clientes.