GRECIA

El Eurogrupo se da dos semanas de plazo hasta que Atenas apruebe los ajustes

El Gobierno heleno deberá mostrar primero su legitimidad como interlocutor, pero también lograr la implicación de todos los partidos griegos con la estrategia de consolidación fiscal a medio plazo y el programa de privatizaciones.

El primer ministro griego, Yorgos Papandréu, en una reciente conferencia
El FMI y la UE presionan a Grecia para que acelere sus reformas estructurales
EFE/ATEFç

La zona euro se ha dado dos semanas de plazo hasta que Grecia apruebe el programa de consolidación fiscal que se le exige como condición para acceder a la ayuda internacional a fin de que evite la quiebra.


El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, ha convocado una nueva reunión de ministros de Finanzas de la zona euro el próximo 3 de julio, en la que espera lograr el objetivo que no se consiguió ayer: desbloquear el quinto tramo del programa de rescate, cuantificado en 12.000 millones de euros.


Para ello, el Gobierno heleno deberá mostrar primero su legitimidad como interlocutor, al superar el voto de confianza del Parlamento previsto para mañana, pero también lograr la implicación de todos los partidos griegos con la estrategia de consolidación fiscal a medio plazo y el programa de privatizaciones, en un voto parlamentario programado para finales de mes.


«He decidido convocar una reunión extraordinaria del Eurogrupo, el domingo 3 de julio. Esto supone que, desde hoy y hasta ese momento, las autoridades griegas, el Gobierno y el Parlamento habrán hecho todo lo necesario», explicó Juncker en una rueda de prensa convocada con motivo de las reuniones de ministros de Finanzas europeos celebradas en Luxemburgo.


Una nueva misión de la llamada 'troika' (la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) viajará a Atenas los próximos dos días para verificar que el programa que el Gobierno pretende someter a la aprobación parlamentaria cumple sus exigencias. El presidente del Eurogrupo eludió responder a una pregunta sobre lo que sucedería si el Parlamento griego no aprueba el plan de ajuste, pero dejó entender que las consecuencias no serían buenas.


«Esto debe hacerse, si no...», dijo Juncker, quien comprendió la impopularidad del duro programa de ajustes y la dificultad de un programa de privatizaciones con un calendario que incluye la venta de una importante compañía estatal casi cada diez días. «Grecia sabe lo que debe hacer. No se trata de obligaciones impuestas, sino de compromisos que deben ser llevados sobre los hombros», repitió Juncker.


«Estoy convencido, de acuerdo a lo que me ha contado el ministro griego de Finanzas y el primer ministro griego, de que Grecia hará todo lo necesario para permitirnos tomar las decisiones», repitió. Sin embargo, no parece que el único obstáculo a la aprobación del próximo tramo de ayuda sea la falta de consenso en los políticos griega.


Según explicó la ministra española de Economía y Hacienda, Elena Salgado, el Fondo Monetario Internacional desea que se aborden las necesidades de Grecia a medio plazo, antes de desbloquear los 3.300 millones de euros que le corresponden del próximo desembolso. Al parecer, la institución con sede en Washington desea lograr compromisos de la zona euro para cubrir las necesidades de Grecia durante un año mediante un segundo programa de ayuda, cuya cuantía aún no está definida.


Asimismo, el Fondo Monetario Internacional criticó hoy la gestión de la crisis griega, al reclamar un pronto final del «debate improductivo» sobre la reestructuración de la deuda helena, asunto que constituye la tercera incógnita que pesa sobre el rescate.


Durante la primera sesión de la reunión, que concluyó anoche sin acuerdo sobre el quinto desembolso tras siete horas de negociaciones, los ministros realizaron un avance en este sentido al aceptar una contribución «voluntaria» del sector privado, como habían acordado previamente Francia y Alemania en la cumbre bilateral celebrada en viernes en Berlín.


Las fuentes consultadas reconocieron que es necesario avanzar más sobre este aspecto durante las reuniones de ministros previstas los próximos 3 y 11 de julio.


El objetivo va más allá de evitar la bancarrota de Grecia pues, como hoy mismo avisó el ministros de Finanzas belga, Didier Reynders, una eventual salida de Grecia de la zona euro «sería una catástrofe» para el país y el conjunto de la zona euro de consecuencias mucho peores que la caída del banco estadounidense Lehman Brothers.