AGRICULTURA

La vitivinicultura vuelve al desierto monegrino

La comarca recupera el cultivo y trabaja ahora en el aumento de la producción y la presencia de bodegas.

Tras un mes de trabajo, la  vendimia está concluída en la comarca de los Monegros.
La vitivinicultura vuelve al desierto monegrino
HERALDO

La vendimia ha terminado en la comarca de los Monegros, que ha recogido este año un millón de kilos de uva. Una primavera lluviosa y húmeda, muy poco habitual en el clima desértico de esta zona, y un verano de extremado calor, típico de este paraje, han propiciado una buena cosecha cuya calidad augura unos vinos "excelentes".

Es el fruto del esfuerzo de la Asociación de Viticultores de los Monegros (Avimo) un grupo de productores que hace poco más de un año decidieron apostar por la recuperación de este cultivo en la estepa monegrina. Ahora esta comarca, formada por 31 municipios, cuenta con 300 hectáreas de viñedos, cultivadas por 200 agricultores, y cuyo fruto comienza a embotellarse en cuatro bodegas. Su producción no será elevada. El millón de kilos de uva vendimiados producirán unos 700.000 litros de vino, pero, al menos por ahora, solo se elaborarán 50.000 botellas. Porque su objetivo "no es ser un monstruo vitivinícola, sino lanzar al mercado productos diferenciados", explica el presidente de Avimo, Fernando Mir.

Para ello cuentan con un clima 'peculiar'. El contaste extremo de temperatura entre el día y la noche propicia una maduración mucho más progresiva. Utilizan además solo variedades autóctonas, muy adaptadas al terreno, como la garnacha (tinta y blanca), la cariñena, macabeo, Miguel de Arco, o miguela. Su producción es más limitada, sus racimos muy concentrados y su fruto más pequeño. Con él se pueden elaborar caldos ricos en aromas, potentes y de gran color con alto grado de alcohol, "lo que no significa que sean vinos alcohólicos, sino de gran potencia y muy envolventes en boca", matiza Mir.

Objetivo: crecer

Es solo el comienzo, porque las pretensiones de Avimo no han hecho más que empezar. Su presidente explica que uno de sus principales objetivos es crecer. Crecer en superficie cultivada, crecer en producción y crecer en bodegas. "A corto y medio plazo esperamos contar con unas siete u ocho bodegas, y llegar también a convertirnos en un referente de la viticultura", explica. Pero también sortear las dificultades que supone la gran atomización que el sector presenta en esta zona. Hay muchos agricultores pequeños para los que resulta complicado la elaboración y comercialización de los vinos. "Nuestro objetivo es crear sinergias entre estos viticultores y las bodegas", explica el máximo responsable de Avimo.

La finalidad última es conseguir que gran parte del vino que ahora se vende a granel, se profesionalice, termine en una botella, con una atractiva etiqueta y conquistando mercados, explica el presidente de Avimo. Porque, insiste Mir, aunque quieren ir poco a poco, "no descartamos ningún mercado".

Los Monegros cuenta ahora con cuatro bodegas. Bodega Javier Ortiz, en Tardienta, elabora tres caldos: un rosado joven, un tinto joven y un tinto reserva. Bodega Vicente Brosed, en Robres, que produce un tinto joven de garnacha. Las otras dos están situadas en Lanaja: Bodegas Eza, que elabora un vino de garnacha y moristel, y Bodega dCueva, que tiene un vino en el mercado de nombre Sed y ya piensa en lanzar a corto plazo uno nuevo de barrica. Aunque la situación económica no parece la más apropiada para la inversión, dos de estas bodegas tienen prevista una futura ampliación de sus instalaciones, porque "como nuestra producción no es muy elevada tampoco necesitamos un importante desembolso", puntualiza Mir.

Tan convencidos están de su cualidades y la diferenciación de sus vinos, que los viticultores de los Monegros ya están preparando los trámites necesarios para solicitar ser la séptima zona de Aragón productora de 'Vinos de la Tierra' en Aragón y unirse así al Bajo Aragón, Ribera del Jiloca, Ribera del Gállego-Cinco Villas, Ribera del Queiles y Valle del Cinca. "Y como somos ambiciosos luego iremos a por la deominación de origen", dice Mir. Y sería la quinta.